Existe la creencia popular de que comer poco y temprano favorece la salud. Al parecer esta frase es una gran realidad, o al menos así lo reveló un estudio científico. Este análisis refiere que modificar los patrones alimenticios alarga la esperanza de vida.
El estudio se realizó en la Universidad de Texas en Austin en Estados Unidos y que se publicó en la revista Science , puso en evidencia la importancia de la restricción calórica y los horarios de la comida.
De acuerdo con el estudio, un cambio tan sencillo como, modificar un poco las cantidades de comida que ingerimos y las horas en las que lo hacemos para ajustarnos al ciclo circadiano, puede ser fundamental para mejorar nuestra salud.
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¿Qué es el ciclo circadiano?
El Ciclo Circadiano, es un reloj biológico interno que se encarga de regular y programar las funciones fisiológicas de nuestro organismo en un período de un día. Esto se alinea de acuerdo a la presencia o ausencia de luz en el entorno. Estar en sintonía con este ciclo, podría alargar la esperanza de vida.
En este sentido, el estudio precisa que el cuerpo humano está programado para el ayuno nocturno. Este ciclo se cumple alrededor de las 7 de la noche, que es cuando el organismo comienza a prepararse para el reposo.
De acuerdo con el estudio, a partir de estas horas, es más difícil metabolizar los alimentos. Esto incrementa el factor inductor de obesidad, puesto que comer por la noche hace ineficiente la absorción de nutrientes en el sistema gástrico, debido a un bajo nivel de actividad y a una baja temperatura corporal.
Mejora la sensibilidad a la insulina
Además, otros de los beneficios del estudio es que mejora la respuesta en aspectos como la sensibilidad a la insulina y la regulación de los niveles de glucosa. Esto pareciera indicar que la restricción calórica durante una fase del ritmo circadiano, especialmente durante la inactiva, podría conducir a un envejecimiento más sano.
