El reconocimiento y establecimiento de relaciones diplomáticas de Rusia con Donetsk y Lugansk, provincias separatistas ubicadas en el este de Ucrania, fue motivo de sanciones coercitivas por parte de EEUU.
La medida de Washington, causó la reacción de Moscú, quien no se quedó de brazos cruzados. A través de un comunicado, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia expresó que el Kremlin dará “una fuerte respuesta”.
Las consideraciones del gobierno que preside Vladimir Putin, detallaron sobre “los intentos continuos de Washington de cambiar el rumbo de Rusia“. Moscú no se doblegará por hacer uso de su soberanía; basado en el reconocimiento de las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk.
Igualmente, la misiva rusa señala: “A pesar de la inutilidad obvia de los esfuerzos, realizados a lo largo de muchos años con el fin de impedir el desarrollo de nuestra economía, EE.UU. vuelve a agarrar por reflejo las herramientas restrictivas que son ineficaces y contraproducentes desde el punto de vista de los mismos intereses estadounidenses”.
Asuntos Exteriores de Rusia manifestó que la Casa Blanca, en su política exterior, lo único que posee es el “chantaje, la intimidación y las amenazas”. Además de eso, no tienen medios para confrontar a otras potencias globales y hacerles daño.
Asimismo, la Cancillería rusa, en relación a la situación que incluye el reconocimiento de Donetsk y Lugansk, mostraron su disposición al diálogo: “Estamos abiertos a la diplomacia, basada en principios de respeto mutuo, igualdad y atención a los intereses de cada uno”.
Sin embargo, frente a las medidas del gobierno de EEUU, la alta diplomacia rusa advirtió sobre accionar con “una respuesta fuerte, no necesariamente simétrica; pero ajustada y sensible para la parte estadounidense“.
