El destino de Roger Federer podría definirse en dos meses. El suizo abandonó las canchas en agosto del año pasado para someterse por tercera vez a una operación de la rodilla derecha. Sin embargo, la recuperación esta vez ha sido más lenta de lo planificado y dependiendo de cómo reaccione su cuerpo retornará al tenis.
“Sabré mucho más en abril de cómo está mi cuerpo. Hasta ahora no se me permite correr y hacer cargas pesadas de saltos, paradas y arranques. Espero que todo eso comience en un par de semanas. Y luego veremos cómo reacciona el cuerpo a eso, que es lo que necesitaré para volver a la cancha de tenis”, dijo el helvético en entrevista con uno de sus patrocinadores.
En febrero de 2016 se operó la rodilla izquierda y tuvo que parar desde las semifinales de Wimbledon hasta el Open de Australia de 2017, seis meses. Entre 2020 y 2021 pasó dos veces por quirófano por culpa de la derecha.
“Estoy muy motivado para hacer mi trabajo, lo que se me permite hacer. Estoy trabajando tan duro como se me permite. Así que todavía son buenos tiempos, aunque todo es un poco lento, porque me encantaría hacer mucho más, pero los médicos y todos en general me están frenando un poco”, subrayó.
Este panorama deja la puerta abierta para que el tenista de 40 años termine de tomar la decisión de colgar la raqueta con sus 20 títulos de Grand Slam e innumerables récords que lo hacen considerar como el mejor tenista de la historia.
