El regreso a clases puede suponer un caos, tanto para padres como hijos. Sin embargo, hay formas específicas en que los representantes pueden ayudar a los estudiantes a estar más alerta, prepararse y hacer que los niños ansiosos se calmen y estén listos para aprender, según refieren expertos.
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Lo primero a saber es que, niños tendrán un buen comienzo del año escolar si lo inician con una buena rutina del sueño.
«Pasamos un tercio de nuestra vida durmiendo, así que un horario regular de sueño y vigilia conduce a un mejor sueño y a una vida más saludable», dijo la Dra. Tara Thomas, profesora asistente de psiquiatría del sueño del Colegio de Medicina Baylor. «Las hormonas del crecimiento se secretan durante diferentes etapas del sueño, y el sueño ayuda con el crecimiento, el desarrollo, el recuerdo y el almacenamiento de la memoria».
En ese sentido, La duración recomendada del sueño para niños de varias edades es:
- De 3 a 5 años: de 10 a 13 horas
- De 6 a 13 años: de 9 a 11 horas
- Adolescentes: 8 a 10 horas
Asimismo, un toque de queda tecnológico es esencial, ya que la luz emitida por los teléfonos inteligentes y las tabletas suprime la hormona del sueño, la melatonina. Los dispositivos también pueden ser una distracción sobre estimulante.
Aliviar los nervios del regreso a clases
«Es natural querer permitir que su hijo evite situaciones que lo pongan ansioso o lo tranquilicen de que sus preocupaciones no se harán realidad», dijo Ojeda. «Sin embargo, esto en realidad puede contribuir a un círculo vicioso que refuerza la ansiedad a largo plazo».
«En lugar de eso, reconozca la emoción de su hijo y luego ayúdelo a pensar en pequeños pasos que podría tomar para abordar, en lugar de evitar, sus preocupaciones», añadió Ojeda.
Los padres pueden ayudar haciendo que sus hijos se concentren en lo que pueden controlar, como sus propios esfuerzos y actitudes, en lugar de quedarse atascados en factores fuera de su influencia.
Los estudiantes pueden aprender a replantear los pensamientos ansiosos al recordarse a sí mismos los éxitos pasados y sus propias habilidades, añadió Ojeda. La respiración profunda, la meditación o el ejercicio ligero pueden ayudar a calmar los nervios.
Por ejemplo, mantenga la calma si un niño ansioso tiene una rabieta por asistir a la escuela o se niega a subir al autobús escolar. Recuerde que su comportamiento está siendo impulsado por la ansiedad y respire profundamente. Si es necesario, aléjese de la situación por unos minutos, calme sus propias emociones y luego regrese listo para ayudarlos.
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