Rander Peña, vicepresidente de Asuntos Internacionales del PSUV, a través de la plataforma Telegram, criticó la política exterior de Colombia, afirmó que la misma ha sido externalizada a Washington. El funcionario venezolano destacó que las decisiones internacionales del país neogranadino están influenciadas por el expresidente Juan Manuel Santos y ejecutadas por el canciller Gilberto Murillo.
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Gilberto Murillo: Un cuestionado canciller de Colombia
Peña planteó: “La pregunta es: ¿Quién está detrás de Murillo?” Aseguró que es evidente el giro tragicómico en esta situación. Mencionó que Gustavo Petro, presidente de Colombia, enfrenta a un canciller cuya lealtad no está con Bogotá, sino con Washington. Resaltó que Murillo tiene una relación de larga data con los Estados Unidos (EEUU), donde posee propiedades y vínculos laborales con el poder imperial.
El vicepresidente del PSUV también enfatizó la rapidez con la que Murillo responde a las “recomendaciones” de Santos y del gobierno estadounidense. Afirmó: “Murillo tiene un empleador directo: el Departamento de Estado. Ellos lo tienen en su nómina y cabildearon su nombramiento.”
Peña cuestionó el “pacto” que Murillo habría hecho para llegar a la Cancillería. Dijo que Murillo actúa con la esperanza de obtener la nominación presidencial en Colombia al ser obediente a los intereses imperiales. “Él busca la bendición de sus amos para ser candidato del ‘santismo’. Eso es una verdad cantada e irrefutable”, añadió.
Además, Peña aseguró que Murillo sigue órdenes de boicotear a Venezuela. Comentó: “Revisemos las declaraciones del presidente Petro sobre Venezuela y las de Murillo. Se contradicen. Petro aboga por respeto y paz, mientras Murillo adopta una postura injerencista y provocadora”.
Peña demostró inaceptable que alguien subordinado a otros intereses impida a los pueblos alcanzar sus objetivos. Hizo un llamado a evitar que esto continúe y condenó a “funcionarios de bajo nivel y pocas habilidades cognitivas que boicotean al sabio pueblo que sabe muy bien lo que desea”. Finalmente, concluyó: “Al vulgar y limitado Murillo, le decimos: ‘Mal paga el diablo, a quien bien le sirve’”.
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