El expresidente de Ecuador, Rafael Correa, advirtió que «una economía dolarizada es más susceptible al crimen organizado porque es más fácil lavar dinero«. Por lo que, al no tener tipo de cambio, no quedan registros de las operaciones realizadas por los cárteles.
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Sin paraísos fiscales no hay corrupción ni crimen organizado
Rafael Correa a su argumento de que una economía dolarizada es más susceptible al crimen organizado, sumó la lucha contra los paraísos fiscales. El exjefe de Estado ecuatoriano se refirió a datos suministrados por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el cual destaca que el crimen organizado mueve alrededor de 870 mil millones de dólares cada año. Mientras, la Secretaría del Tesoro de EEUU reconoció que cada año se fluyen 100 mil millones de dólares en su sistema bancario.
Asimismo, señaló que durante su gobierno, hubo dos grandes casos de corrupción: Odebrecht y la repotenciación a la refinería. «Todo eso fue a través de paraíso fiscal… Porque usted puede observar si alguien está vendiendo a sobreprecio (…) ¿Pero cómo observa una cuenta en Andorra? ¿Cómo detecta eso?«.
De esa manera, hizo un exhorto a que si se desea emprender una lucha contra la corrupción y el crimen organizado, debe lucharse contra los paraísos fiscales. A eso advirtió: «Pero ahí no dicen nada porque los paraísos fiscales se encuentran en Estados Unidos, en Nevada, Florida, Dakota del Sur, Delaware, en las excolonias británicas del Commonwealth, en todas las islas caribeñas como Bahamas y Nasáu. También en Europa: Luxemburgo, Andorra, Liechtenstein, un país con uno de los más altos ingresos per cápita del mundo«.
Estados Unidos, consumo de drogas e injerencia a Ecuador
Además de la dolarización, el exjefe de Estado mencionó al sector privado como un factor clave para facilitar el crimen organizado y participar en él. Esto según datos de Global Organized Crime Index, en su último estudio.
Por su parte, Correa aclaró que esto es «salvando las diferencias entre las economías lícitas y las ilícitas«. De acuerdo con el documento, las empresas privadas participan en la delincuencia, desde facilitar el lavado de ingresos obtenidos de forma ilegal, hasta formar parte de actividades criminales por connivencia.
Para Correa, luchar contra las drogas, no solo en Latinoamérica sino en gran parte del mundo, ha sido «un gran fracaso«. Se refirió entonces a la represión y el bombardeo de productores de sustancias ilícitas, que resultan poco eficaces «si no se hace nada con el consumo masivo de Estados Unidos«.
Referente a las injerencias que pueda tener EEUU en las políticas públicas de Ecuador, a propósito de la violencia que se desarrolla en la nación suramericana, como sucedió en Colombia y México, el entrevistado dijo: «Los latinoamericanos somos especialistas en negar la evidencia, en creer lo imposible. ¿Cuándo ha dado resultados la injerencia estadounidense en estos asuntos?»
Al respecto, señaló un posible acuerdo con Washington que se maquina en la Corte Constitucional de Ecuador. Eso, explicó, es con el fin de formar una especie de Plan Ecuador y, así, «que los soldados no sean imputados penalmente» y sean libres de «violar a una niña nuestra«.
El escenario que Correa calificó como «inaceptable«. Especialmente porque, destacó, los gobiernos que vinieron luego del suyo «destrozaron al país» y «ahora necesitan a los gringos«.