A casi mil días continuos del secuestro del diplomático Alex Saab por Estados Unidos, su caso fue expuesto en detalle en la embajada de Venezuela en la República Popular China. En la sede diplomática, en Beijing, se presentaron los aspectos jurídicos y políticos de esta detención ilegal y violación a la inmunidad diplomática y derechos humanos de un enviado especial legítimamente acreditado.
Según reseña nota de prensa de la Cancillería de la República, se trató de un conversatorio que contó con la participación del Centro Venezolano de Estudios sobre China (CVEC) e integrantes de la prestigiosa Asociación de Alumnos Retornados del Extranjero. Esta es una organización china que reúne a académicos y embajadores retirados de ese país, que ejercieron labores diplomáticas en América Latina y el Caribe.
La exposición comenzó con una introducción del embajador venezolano en China, Giuseppe Yoffreda Yorio. Este denunció que se trata de un doble secuestro y que Alex Saab es víctima de manipulaciones de la prensa hegemónica, una campaña sin precedentes.
Enfatizó que además de derechos fundamentales de Alex Saab como ciudadano, su detención viola la soberanía y legislaciones internas tanto de Venezuela como de Irán. Este último era el lugar de destino de Saab en una misión humanitaria estratégica que terminó siendo truncada. Ello ocurrió en tiempos de recrudecimiento de las medidas coercitivas unilaterales y de pandemia de la covid-19.
Víctima de agresión multiforme
Yoffreda dijo que el secuestro de Alex Saab es parte de la agresión multiforme contra Venezuela, cuyo objetivo es lograr lo que en EEUU llaman el “cambio de régimen”; es decir, derrocar al presidente Nicolás Maduro.
Luego de la exposición del embajador, se dio un diálogo de “alta calidad intelectual, reseña la nota informativa del ministerio de Exteriores, entre especialistas de la Asociación y miembros del CVEC. El intercambio de ideas incluyó implicaciones políticas y económicas del secuestro de Alex Saab, lo mismo que el contexto político actual, en Venezuela y fuera de fronteras.
Doble secuestro
A Alex Saab le detienen por primera vez el 12 de junio de 2020 en la isla africana de Cabo Verde. No existía ninguna orden ni alerta roja de Interpol. Además en su equipaje estaban sus documentos y acreditación al día. Luego, el 16 de octubre de 2021, se lo secuestró por segunda vez, tras ser extraído por autoridades estadounidenses a la ciudad de Miami. Desde el inicio, ha sido víctima de las más terribles torturas y violaciones a sus derechos humanos.
La defensa del diplomático asegura que se trata de un prisionero de la guerra contra Venezuela. El proceso legal en Miami ha sufrido dilaciones y en diciembre último el juez del caso, Robert Scola, se negó a reconocer la condición de diplomático de Alex Saab.
Su esposa Camilla Fabri asegura que con este abuso Estados Unidos pretende enviar un amenazante mensaje al resto de los países sobre los que les ocurriría en caso de contravenir o insubordinarse su política de dominación. Y es que Alex Saab decidió ser un vehículo para luchar contra el criminal bloqueo estadounidense. Lo hizo garantizando al país procura de alimentos, medicinas, combustible y materias primas como enviado especial.
Este miércoles, el presidente Joe Biden firmó la prorrogación, durante un año más, de la Orden Ejecutiva 13962 del 8 de marzo de 2015. Según esta, Venezuela es una “amenaza inusual y extraordinaria para la seguridad nacional” de ese país norteamericano.
Habló por vez primera
El pasado 31 de enero, por primera vez desde su secuestro se oyó hablar a Alex Saab. Denunció que es “un prisionero político. Un prisionero de una guerra no convencional que nos ha declarado unilateralmente Estados Unidos, imponiéndonos sanciones criminales que han causado un daño terrible al pueblo de Venezuela”.
Agregó que “Estados Unidos debe retomar el camino de la paz, Venezuela no es su enemigo. Las diferencias políticas no deben impedir mantener relaciones diplomáticas ni económicas entre nuestras naciones”.
“El gobierno de nuestro presidente Nicolás Maduro ha extendido ya varias veces su mano con el ánimo de restablecer relaciones cordiales con Estados Unidos, basadas en el respeto mutuo. Es hora de dejar los errores en el pasado y avanzar. Hago un llamado a la paz y a la reconciliación. Es hora de estrechar las manos”, sumó el funcionario venezolano desde la prisión en Miami.