Nayib Bukele, presidente de El Salvador, se debatirá este domingo, por la reelección y goza de alta popularidad frente a sus contrincantes, aunque signado por una fama polémica.
Se estima que su nivel de aceptación, según los sondeos, sobrepasa el 80 % en el marco de las elecciones presidenciales en el país centroamericano.
Cabe recordar, que la nación salvadoreña dejó atrás el bipartidismo de una izquierda-derecha que se agotó una vez elegido este outsider.
Por un lado, sus partidarios consideran a Bukele un prodigio de la nueva política que ha sabido aprovechar el marketing de redes sociales. Sin embargo, es considerado también una figura que navega en la polémica debido a varias de sus políticas de gobierno.
Guerra contra los pandilleros en medio de la polémica
Los detractores de Bukele lo acusan de autoritario y violador de derechos humanos. La mayor fortaleza de cara a la reelección (prohibida en la carta magna salvadoreña) es dominar a las pandillas.
La Mara Salvatrucha es una organización criminal internacional, que opera principalmente en El Salvador y se extiende por Centroamérica y EEUU.
A este respecto, Bukele afirma haber detenido a la mayor parte de este grupo y de acuerdo a declaraciones oficiales, en el 2022 había 83 mil salvadoreños en prisión.
Organizaciones de DD. HH. denuncian violaciones a los derechos fundamentales a partir del estado de excepción declarado en 2022.
Asimismo, señalan torturas, detención de menores de edad y desapariciones forzadas, entre otras.
Esto supone una de las más altas tasas de privados de libertad del mundo, de casi 600 reos por cada 100 mil habitantes y una tasa de 106% de hacinamiento. No obstante, es la principal propuesta para su reelección.
¿En conflicto con EEUU y amistad con China?
El Salvador obstenta una población de 6.5 millones de habitantes y para el año 2021, 1.4 millones de salvadoreños residían en EEUU, la mayor cifra de migrantes latinoamericanos después de los mexicanos. Lo que, además, le asegura al país una fuente considerable de remesas familiares que eleva significativamente el PIB de la nación.
A pesar de su inclinación hacia el capitalismo, en apariencia está enfrentado con su principal socio comercial: Estados Unidos de América. De hecho, el país norteamericano es el destino del 80 % de las exportaciones salvadoreñas.
Sin embargo, el subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental de EEUU, Brian Nichols, dio a conocer en octubre pasado su preocupación sobre la reelección de Bukele.
El funcionario estadounidense precisó que la candidatura del mandatario salvadoreño para la reelección como presidente “merece un debate sobre la legalidad” y que “es decisión” de los salvadoreños.
Recordemos que Bukele anunció su candidatura, aunque la reelección no está contemplada en la Constitución de El Salvador. Aun así, llevó a cabo su inscripción en el Tribunal Supremo Electoral (TSE). Más adelante, la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) emitieron una resolución en la que se plasma un cambio de criterio sobre la reelección inmediata.
La polémica crece
Acusaciones, van y vienen. Así, la controversia entre Bukele y EEUU crece cada vez más. Primero, porque EEUU acusa a Bukele de autoritario, luego porque Bukele acusa a EEUU de ser «sometedor«.
Una de las tantas escaladas vio su punto más álgido en febrero de 2021. Esto, tras declaraciones del Departamento del Tesoro que informó de una supuesta «investigación sobre funcionarios del gobierno de El Salvador y líderes de pandillas encarcelados, como la Mara Salvatrucha, ha revelado negociaciones encubiertas entre funcionarios del gobierno y la organización criminal«.
Mientras que Bukele en diversas ocasiones ha manifestado que EEUU no permite negociaciones, «colaboración, amistad o alianza«.
Esta claro que el Gobierno de Estados Unidos no acepta colaboración, amistad o alianza.
Es sometimiento absoluto, o nada.
Se ven hasta absurdas esas acusaciones diarias.
No sabía que les interesara tanto El Salvador.
Tal vez lo que les interesa, es detener el “mal ejemplo”.
— Nayib Bukele (@nayibbukele) December 9, 2021
Por otro lado, Nayib juega al «amigo» con China. En 2019, realizó una visita histórica al gigante asiático, donde junto a Xi Jinping, firmó importantes acuerdos de cooperación bilateral.
Este, y acontecimientos como la «inconstitucionalidad» de su candidatura, reprodujeron el roce con el Gobierno estadounidense. El cual, había alertado sobre un presunto riesgo de que China estuviera aprovechando la puerta que se le abría en Centroamérica con el sucesivo establecimiento de relaciones diplomáticas en países del istmo americano.
Contra el progresismo
Sin embargo, sigue siendo contradictorio y algo sospechoso que, a pesar de sus críticas a EEUU, Bukele muestre desprecio por los gobiernos de izquierda, como el de Venezuela, Cuba y Nicaragua. Lo que hace que Bukele maneje una rara y polémica política internacional.
Pues, como es sabido lo países antes nombrados por no someterse a los gobiernos estadounidenses, han sido duramente golpeados por medidas coercitivas unilaterales. De hecho, Bukele participó en los foros regionales contra el gobierno de Nicolás Maduro.
Sin embargo, su empatía hacia Milei en Argentina y Noboa en Ecuador, dejan ver sus intereses reales. Su valoración está más posicionada por el hábil manejo de las redes sociales y estar visiblemente conectado con las nuevas generaciones y nativos digitales.
Entretanto, los actuales indicadores no han mostrado resultados óptimos. Los niveles de pobreza en El Salvador no han mejorado a pesar del leve crecimiento económico.
En este sentido, Nayib Bukele está orientado a no atacar las verdaderas causas de la desigualdad.
En consecuencia, criminaliza a los pobres y bajo su sesgo autoritario. Solo el tiempo expondrá su modelo de país y el destino que le espera.
Sarah Espinoza – Venezuela News.
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