“Miren sus manos y abran las palmas“, les pidió el Papa Francisco a los jóvenes congoleños durante un encuentro en el que compartió con ellos en el Estadio de los Mártires en Kinsasa, la capital de la República Democrática del Congo. La particular solicitud del pontífice tuvo como objetivo recordarles lo que Dios puso en sus manos: el don de la vida, el futuro de la sociedad y de su país.
“Hermano, hermana, ¿tus manos te parecen pequeñas y débiles, vacías e inadecuadas para tareas tan grandes? Quisiera llamar tu atención sobre un detalle. Todas las manos son similares, pero ninguna es igual a la otra. Por eso eres un tesoro único, irrepetible e incomparable. Nadie en la historia puede sustituirte”.
Esta anécdota fue recogida en una información emitida vía Vatican News. Este medio también señala que el Papa Francisco ofreció a los presentes cinco consejos. Él los llamó cinco ingredientes. Con ellos la juventud podrá distinguir sus prioridades entre los múltiples mensajes que circulan por diversas vías en la actualidad.
Los cinco ingredientes
Más de 65 mil personas asistieron al último día completo en República Democrática del Congo del Papa Francisco. La agencia de noticias AP informó que la multitud asistente expresó su entusiasmo con vitoreos que interrumpían su discurso.
En este contexto el pontífice recomendó a los jóvenes congoleños trabajar por un futuro pacífico y honesto. Para ello les pidió echar mano de la oración, el sentido de comunidad, el perdón y el servicio. La respuesta que recibió de su audiencia fue entusiasta.
Como recomendación final, el Papa solicitó a la multitud presente nunca perder el ánimo. Al respecto señaló: “Cuando estés triste, cuando estés desanimado, toma el Evangelio y mira a Jesús, él te dará fuerzas”.
Según AP, en el Congo aproximadamente 100 millones de habitantes del país tienen menos de 25 años. Las personas con estas edades quedan especialmente expuestos a abusos cuando ocurren estallidos de violencia en el Congo.
