Desde la Plaza de San Pedro del Vaticano, el papa Francisco pronunció la tradicional bendición Urbi et Orbi; la más solemne que imparte, dirigida a la ciudad de Roma y al mundo entero. Allí, exhortó al diálogo para poner fin al enfrentamiento bélico en Ucrania.
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“Es necesario tener la audacia de abrir la puerta a las negociaciones y a los gestos de diálogo y de encuentro, para llegar a una paz justa y duradera”, expresó.
Asimismo, se refirió a la situación en Medio Oriente. “En particular a la comunidad de Gaza, donde la situación humanitaria es gravísima”, por los ataques israelíes, que ya causaron unos 44 mil decesos. Además, apeló a que “se liberen los rehenes y se ayude a la población extenuada por el hambre y la guerra”.
Igualmente, el sumo pontífice indicó que lleva en el corazón también a la comunidad cristiana del Líbano. Sobre todo del sur, y a la de Siria, en este momento tan delicado e insistió en que “se abran las puertas del diálogo y de la paz en toda la región, lacerada por el conflicto”.
Adicionalmente, instó a las autoridades políticas y a todas las personas de buena voluntad del continente americano a que encuentren soluciones eficaces en la verdad y la justicia. Esto, para promover la armonía social en este año jubilar.
Además, habló sobre la situación en la República Democrática del Congo, donde los niños fallecen a causa de la epidemia de sarampión. Así como, a los problemas que sufren las poblaciones de Burkina Faso, de Malí, de Níger y de Mozambique. También mencionó a los pueblos de los países del Cuerno de África “para los que imploro los dones de la paz, la concordia y la fraternidad”.
Inicio del Jubileo 2025 de la Iglesia católica
En la misa de Nochebuena, pronunciada tras la apertura de la puerta de la basílica de San Pedro, con la que dio inicio el Jubileo 2025 de la Iglesia católica, tiempo dedicado a consolidar la fe y la solidaridad durante el cual la iglesia concede la indulgencia y el perdón de los pecados a quienes hagan obras de caridad. Desde ahí, el papa Francisco instó a que “pensemos en las guerras, en los niños ametrallados, en las bombas contra escuelas y hospitales”.
El pontífice conminó a “traducir la esperanza en las situaciones de nuestra vida”, y a que “nos indignemos ante las cosas que están mal y tengamos el coraje de cambiarlas”, como “peregrinos en busca de la verdad” para transformar un mundo desfigurado por la lógica de la ganancia, plagado de pobreza, esclavitud y conflictos.
Con información de: Prensa Latina
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