El papa Francisco llegó este viernes 1 de septiembre a Mongolia, a fin de encontrarse y compartir con la comunidad católica, de aproximadamente 1.400 personas, que habita en el país de Asia oriental.
Jorge Mario Bergoglio, quien es el primer papa que visita este territorio, de mayoría budista y enclavado entre Rusia y China, había anunciado este viaje, a través de su cuenta en la red social X (antes Twitter), con una publicación en la que pidió acompañamiento a través de la oración.
Aunque la ceremonia oficial de bienvenida y encuentro con la pequeña comunidad católica de esa nación está pautada para el sábado 2 de septiembre, al papa Francisco lo recibió la ministra de Asuntos Exteriores, Battsetseg Batmunkh, desde el aeropuerto internacional Chinggis Khaan, en Ulán Bator, capital de Mongolia.
El religioso también contó con una bienvenida especial propia de la tierra mongola, que es recibir yogur seco, en esta ocasión el alimento se lo ofreció una joven; y ya que el Vaticano no tiene una nunciatura o embajada en este país, el sumo pontífice se dirigió a la residencia del prefecto de Ulán Bator, cardenal Giorgio Marengo.
De acuerdo con el portal de RTVE, durante su vuelo Roma-Mongolia, que duró 9 horas y media, el sucesor de San Pedro sostuvo una rueda de prensa donde recalcó las dificultades para practicar la diplomacia en tiempos de conflicto, aseverando que «a veces hay que tener un poco de sentido del humor«.