Científicos e investigadores de salud pública en el mundo, comienzan a reevaluar el papel de las vacunas inactivadas en la lucha mundial contra Ómicron.
Según un estudio publicado por la prestigiosa revista científica Nature, las actuales vacunas más empleadas para combatir el virus, proporcionan poca protección frente a Ómicron.
El reportaje denominado: “Ómicron frustra algunas de las vacunas contra la covid más utilizadas del mundo“; destaca que la aplicación de una vacuna inactivada no logran producir moléculas inmunes que puedan contrarrestar la transmisión de la nueva cepa Ómicron.
Precisa que quienes reciben dos inyecciones de una vacuna inactivada no logran producir moléculas inmunes que puedan contrarrestar la transmisión de Ómicron.
Al tiempo que considera que incluso después de una tercera dosis de una vacuna inactivada, los niveles de anticuerpos “neutralizantes” de un individuo, que proporcionan una potente protección contra la infección viral de las células, tienden a permanecer bajos.
“Una tercera inyección de otro tipo de vacuna, como las basadas en ARN mensajero o proteínas purificadas, parece ofrecer una mejor protección contra Ómicron“, recalca la nota de Nature.
Omicron thwarts some of the world’s most-used COVID vaccines https://t.co/pCNhEBnERc
— nature (@Nature) January 16, 2022
Mantenerse a la ofensiva
Vale recalcar que una vacuna inactivada, es aquella que consiste en partículas de virus, bacterias u otros agentes patógenos que se han cultivado en laboratorio; y luego pierden capacidad de producción de enfermedades.
En este caso, Nature destaca que una dosis adicional de vacuna; es decir el refuerzo, podría ofrecer un seguro inmunológico muy necesario, frente a un rebrote del virus, sobre todo debido a la expansión de la variante Ómicron.
Refiere que estudios de muestras de China y Emiratos Árabes unidos han demostrado que un refuerzo a base de proteínas desencadena un mayor número de anticuerpos neutralizantes.
De allí, que insistan con la aplicación de una tercera inyección de vacuna inactivada; puesto que una tercera dosis contribuiría a restaurar la actividad de neutralización para muchas personas que pudieran contraer la nueva cepa del coronavirus: Ómicron.
Concluyen que tanto expertos y comunidad científica internacional, deben ajustar sus estrategias de vacunación.