El Cuerpo de Bomberos de Coahuila, al norte de México, registró este miércoles una fuga de trióxido de azufre en la Metalúrgica Met-Mex Peñoles.
De acuerdo con los expertos, la expulsión del gas se produjo tras una falla de un ducto de la Planta de ácido. Sin embargo, se conoció que el incidente fue controlado inmediatamente por el personal.
La situación generó alarma entre los especialistas y los habitantes del sector. A través de un comunicado la empresa dio a conocer que la emisión de vapor, no representó ningún riesgo para nadie, tanto dentro como fuera de sus instalaciones.
Igualmente, la empresa añadió que de manera inmediata se informó a las autoridades correspondientes de lo ocurrido.
«Iniciamos una investigación para conocer los detalles que provocaron la falla e informaremos de los avances de la misma. Lamentamos las molestias causadas a nuestros vecinos por este incidente. Y reiteramos nuestro compromiso para evitar que se vuelva a repetir», precisó la empresa Peñoles.
⚠️ #Coahuila.- Falla en un ducto de la #empresa #metalúrgica #Peñoles, provocó una emisión de #TrióxidoDeAzufre en #Torreón. A través de un comunicado se dió a conocer que la emisión de vapor, no representó ningún riesgo para nadie tanto dentro como fuera de sus #instalaciones 🔶 pic.twitter.com/CX4onJFR4C
— Revista TMX (@RevistaTMX) March 2, 2022
Más datos del óxido de azufre
El óxido de azufre o trióxido de azufre, es un gas incoloro con olor fuerte e irritante que suele utilizarse como agente blanqueador, refrigerante y disolvente. Es empleado en hornos de fusión y plantas generadoras de electricidad.
Puede irritar y quemar la piel y los ojos con posibilidad de daño ocular, la inhalación puede irritar la nariz, garganta y pulmones causando tos y falta de aire.
En tal sentido, una exposición alta puede causar acumulación de líquido en los pulmones y edema pulmonar, el contacto directo con el líquido puede causar congelación.
Además, puede dañar la fertilidad femenina y masculina, ocasionando efectos crónicos a largo plazo, durante meses o años. Por lo que se requiere equipo de protección individual para evitar daños en los tejidos del cuerpo, la exposición repetida puede provocar pérdida de olfato, dolor de cabeza, náusea y mareo.
Finalmente, las personas que padecen enfermedades pulmonares crónicas pueden empeorar por la exposición al dióxido de azufre.
