El viernes 8 de septiembre, Día de la Virgen del Valle, patrona de todo el oriente del país y guía de los pescadores en el mar, todas las parroquias de la Diócesis de La Guaira, celebraron con gran devoción esta fiesta.
Esta celebración abarcó desde la comunidad de Guayabal, en La Sabana, hasta el sector de Arrecife en Catia la Mar, incluyendo a Los Roques.
Cada año, los 24 Consejos del Poder Popular de Pescadores y Acuicultores (Conppa) realizaron el tradicional recorrido marítimo en lanchas.
Durante el recorrido de la imagen, que salió desde la Marina de Caraballeda hasta el Paseo de Macuto, se incorporaba cada Conppa, hasta el Arrecife y Puerto Maya. De igual forma, en Caruao, hicieron el recorrido dentro de los pueblos.
Toda La Guaira en actividades por la Virgen de El Valle
De acuerdo con el medio regional La Verdad de Vargas, el secretario de Liturgia, presbítero Alfredo Bustamante, aseveró que en la mayoría de parroquias de la Zona Pastoral de Catia la Mar, se programaron actividades.
También, en La Soublete, en el sector de la Roraima, se efectuó una novena preparatoria con visita a los sectores, al igual que en Ezequiel Zamora.
Bajo esta advocación, la Virgen María es patrona de Mirabal, por lo que la misa se ofició allí la misa. A cargo del obispo de La Guaira, monseñor Raúl Biord, se hizo la celebración a partir de las 5:00 pm en su templo parroquial.
Asimismo, en La Lucha, por primera vez, la imagen salió en procesión de la capilla de San José hacia el templo parroquial del Sagrado Corazón de Jesús de la Páez.
La imagen atravesó toda la avenida La Armada y participó de la eucaristía a las 5:00 de la tarde. A partir de las 6:00 de la tarde, en Mamo, hubo una misa de avivamiento de la fe y sanación, así como en Playa Grande, a las 5:00 pm.
En el marco de estas actividades, donde La Guaira celebró con gran devoción la fiesta de la Virgen del Valle; el presbítero Alfredo Bustamante recordó que el 8 de septiembre la Iglesia católica celebra la natividad de María.
Por lo que, expresó que la vida de la mujer venerada por la feligresía por ser la madre de Dios, “al principio era pequeña en apariencia, pero no dejaba de ser algo maravilloso: un regalo y una tarea. Regalo ser criatura humana con sus capacidades y posibilidades. Tarea para desarrollar lo que Dios pone en nosotros como semilla necesita de nuestra colaboración”.