El pasado miércoles finalmente la justicia de Brasil desestimó la última causa penal que pesaba sobre el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva.
En dicho proceso se señalaba al líder del Partido de los Trabajadores por supuestamente utilizar su influencia durante el gobierno de su sucesora Dilma Rousseff. Aparentemente el objetivo era conseguir que una empresa de Suecia otorgara una licitación para la compra de 36 cazas Gripen destinadas a las Fuerzas Armadas brasileñas.
La decisión la tomó Ricardo Lewandowski, uno de los jueces de la Corte Suprema de Brasil para dar justicia a Lula da Silva. No obstante ahora su veredicto lo estudiarán los once jueces de la máxima corte.
De acuerdo con los abogados de Lula da Silva, se trata de «un importante registro histórico sobre el uso estratégico del derecho con fines ilegítimos, que fue practicado por la ‘Operación Lava Jato’, que atentó contra el propio Estado de derecho y lesionó la democracia en el país».
El representante de la izquierda en Brasil logró recuperar sus derechos políticos en abril de 2021. Esto luego de que se anularan las condenas en su contra por corrupción que lo llevaron a permanecer un año y siete meses en prisión.
Desde entonces Lula da Silva, a sus 76 años, se perfila como futuro candidato presidencial para los comicios del próximo mes de octubre. Justo en este contexto preelectoral, el expresidente se reunió con el jefe de Estado mexicano, Andrés Manuel López Obrador.
«Soy un expresidente que está evaluando, hablando con mucha gente para decidir si seré candidato una vez más, una decisión que se supone que debo tomar al volver de México». Así lo declaró durante una entrevista para el diario La Jornada.