Víktor Bout es un hombre de negocios, no un terrorista que planificaba asesinar a estadounidenses, aseguró al medio Sputnik la propia exjuez de distrito Shira A. Scheindlin, quien presidió el juicio de este ciudadano ruso. «No estaba en el negocio de las armas y no buscaba tratar con una organización terrorista», declaró.
Después de condenarle a 25 años de prisión en Estados Unidos por cargos de conspiración, la jueza declaró que Bout «tuvo un trato díficil» y que con diez años habría bastado para que fuera una «justa sentencia». Sputnik le consultó si acaso había cambiado de opinión, esta dijo que «eso sigue siendo cierto».
«Pensé que recibió una sentencia muy dura, porque este era un crimen que no estaba buscando cometer. Fue abordado por los agentes encubiertos. No se acercó a la organización terrorista colombiana. Ellos no se acercaron a él», dijo Scheindlin.
«No, no, en realidad no», respondió a la pregunta de si quería matar estadounidenses. «Él mismo no era un terrorista que, como Al Qaeda, vuela aviones contra el Trade Center. Siempre diría que no es un terrorista ideológico. Es un hombre de negocios«.
«Es un hombre de negocios. Así que no creo que le importe quién murió con estas armas que vendió. Quien quiera que haya muerto, lo mataron. Lo vendió a dos lados de una guerra civil en África. Lo vendió a ambos lados», sumó.
Canje
Recordemos que la semana pasada, EEUU intercambió a Bout por la jugadora de baloncesto Brittany Griner, sentenciada a nueve años de prisión en Rusia y multada con un millón de rublos (16,590 dólares en ese entonces) por llevar ilegalmente en su equipaje aceite de cannabis a la nación euroasiática.
Griner se declaró culpable, pero afirmó que no tenía la intención de violar la ley ni de usar la sustancia prohibida en Rusia.
Bout fue arrestado el 6 de marzo de 2008 en un hotel en Bangkok, Tailandia, tras una orden emitida por solicitud de Estados Unidos. Víktor fue acusado de conspirar para vender armas de misiles tierra-aire a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia.
Bout se declaró inocente de todos los cargos. Aseguró que fue víctima de «muchos años de persecución política» de Estados Unidos, que «surgió en respuesta a la negativa a cooperar con las agencias de inteligencia estadounidenses y debido a la competencia desleal de las empresas occidentales».
