En una entrevista concedida al medio Free Press en Estados Unidos en días recientes, el presidente de Argentina Javier Milei, volvió a profesar su odio hacia el Estado y se autodefinió como un “topo” que lo destruye desde el interior.
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Durante la conversación la periodista Bari Weiss le preguntó si le gustaba ser “el zorrillo en la fiesta en el jardín“ y de inmediato el mandatario afirmó que sí. En este sentido, ratificó su desprecio hacia el Estado como una organización política que debe “destruirse por completo“.
Además, el presidente de Argentina Javier Milei se describió a si mismo como un “topo” infiltrado en las filas enemigas, que destruye al Estado, sin importar las consecuencias que le generen a él o a su familia.
“Amo ser el topo dentro del Estado. Soy el que destruye el Estado desde adentro. Es como estar infiltrado en las filas enemigas. Es decir, la reforma del Estado la tiene que hacer alguien que odie al Estado y yo odio tanto al Estado que estoy dispuesto a soportar todo este tipo de mentiras, calumnias, injurias, tanto sobre mi persona como de mis seres queridos que son mi hermana, mis perros y mis padres, con tal de destruir al Estado”, expresó.
🔷 Presidente de Argentina @JMilei se definió como un topo que odia al Estado
🗣️ “Amo ser el topo dentro del Estado. Soy el que destruye el Estado desde adentro”
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— Agencia Venezuela News (@VNVenezuelanews) June 7, 2024
Milei también describió a la pobreza como una “emoción“
En el transcurso de la entrevista el jefe de Estado también hizo polémicas declaraciones sobre la situación económica que atraviesa su país. Comparando los recientes sucesos con un Lamborghini.
Cuando se le preguntó a Milei por quienes pasan hambre, este contestó que no tenía “por qué lidiar con las emociones de la gente“.
“Yo no tengo por qué lidiar con las emociones, yo hablo con números y de realidad, no de emociones. Por ejemplo, supongamos que una persona tiene un Lamborghini. ¿Cuáles son las emociones de quien tiene un Lamborghini? No lo sé, porque probablemente si está en un lugar muy pobre puede que se sienta muy bien con su Lamborghini, pero si vive en un lugar donde todos tienen 15 Lamborghinis, se siente miserable”, concluyó.
Fabiana Márquez – Venezuela News
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