Este martes, el diario colombiano El Espectador dio a conocer la tasa de inseguridad alimentaria que maneja la Asociación de Bancos de Alimentos de Colombia (Abaco). Las cifras son alarmantes, reflejan que el 54% de la población pasa hambre en el país neogranadino.
El informe lo realizó la Abaco en conjunto con la Cámara Industria de Alimentos (ANDI). Según los números manejados por las dos instituciones, unos 554 mil niños menores de cinco años sufren desnutrición crónica que limita el crecimiento físico y el desarrollo neuronal.
El documento también indica que al menos 7 millones de colombianos vive en pobreza extrema y al menos 21 millones enfrentan dificultades para adquirir alimentos.
Hambre, la realidad de muchos hogares colombianos
Una encuesta publicada por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), registró que para septiembre de este año “los hogares colombianos que consumían tres comidas al día disminuyeron de 90% antes de la pandemia, a 70,9 %”.
Igualmente la Alianza por la Nutrición Infantil Alimentando Sueños develó que los niños indígenas menores de 12 años son principalmente quienes padecen hambre y desnutrición.
Por su parte la Red de Bancos de Colombia menciona a los departamentos del Chocó, Santander, Guainía, Bolívar y La Guajira como los que registran más inseguridad y hambre de todo el país.
Esta misma institución explicó que seis de cada 100 mil niños fallecieron en 2020 por hambre.
La historia de Mónica y Rocío es la realidad de la mayoría de los colombianos
El medio colombiano expone los casos de Mónica y Rocío, dos vendedoras que cada mañana van a trabajar sin desayunar, solo con agua o café en el estómago. Ambas son hermanas y madres solteras que con lo que ganan apenas les alcanza para alimentar a sus hijos.
Relatan que normalmente al día hacen apenas 20 mil pesos, pero si hay altas ventas pueden duplicar la ganancia. No obstante el dinero no les alcanza para cubrir sus gastos.
“Nunca podemos hacer mercado para el mes o para la semana. Nos toca comprar lo del día”, explicaron a El Espectador.
Para ellas, lo del día apenas es una libra de arroz, un poco de granos, algunas papas, yuca o un plátano. La carne o el pollo son inalcanzables para su familia. De hecho, cuentan que no recuerdan cuando fue la última vez que consumieron pescado. Entre tanto las frutas y otras verduras constituyen un lujo.
A poco menos de una semana para navidad, las hermanas sueñan con preparar una cena especial para ese día. Dicen que si logran ahorrar podrán comer arroz con pollo.