Organizaciones no Gubernamentales (ONG) y sociedad civil son dos conceptos que van de la mano. Sin embargo, en cierta narrativa ambas categorías son vaciadas de su verdadero contenido y se utilizan, indistintamente como Caballo de Troya para destruir. Esta, lamentablemente, ha sido la constante de fuerzas externas que se valen de estas figuras, para conseguir sus objetivos en la región. Por ello cabe la pregunta: ¿son las ONG héroes o villanos de la democracia en América Latina?
Obviamente, no se puede meter a todas las ONG en un mismo saco. Hay que admitir que algunas realizan diligentemente su trabajo y cumplen una importante labor social y/o humanitaria. Pero como dice el refrán siempre entre el cardumen de sardinas se cuela un bagre. Y en este caso, en función de las múltiples denuncias, no ha sido uno, sino varios bagres que además, lejos de fortalecer, han hecho mucho daño a la democracia.
Por la plata …
Es bueno recordar que en el contexto latinoamericano, las ONG tuvieron su momento de máxima popularidad desde fines de los años 80 y comienzos de los 90. Ante el descrédito de las organizaciones políticas tradicionales y de las instituciones del Estado, las ONG se convirtieron en un faro de esperanza para las luchas reivindicativas.
No obstante, progresivamente lo que se había vendido como espacios de neutralidad, cuya finalidad era estrictamente la lucha social, fueron penetradas por otros intereses. En el caso latinoamericano el talón de Aquiles de estas ONG que se han “desviado”, ha sido, sin duda, el financiamiento. Como se dice popularmente el que pone la plata, pone la música. Y en el caso de la mayoría de las ONG latinoamericanas del tiempo actual, el grueso de la plata no la pone un inocente voluntariado, sino los EEUU, a través de sus distintos tentáculos internacionales.
Primer y tercer mundo
El sociólogo uruguayo brasileño, Bernardo Sorj, explica esta circunstancia con claridad:
“Mientras que la mayoría de las ONG de los países desarrollados recibe una parte importante de su financiamiento de contribuciones voluntarias, la dependencia del financiamiento externo se ha vuelto hoy una cuestión central para la mayoría de las ONG de los países en desarrollo. Las ONG son, de hecho, un vehículo importante a través del cual se canaliza la cooperación internacional. Pero ese financiamiento impone restricciones. El mundo de las ONG solo puede ser entendido como parte de una cadena más amplia en la que los proveedores de fondos juegan un rol fundamental. Los donantes operan, directa o indirectamente, como un actor central en la elaboración de las agendas de las ONG”, explica Sorj.
Y ha sido precisamente a partir de la definición de esas agendas de trabajo de las ONG, como se han aprovechado estos espacios para desestabilizar a diversos países. Una realidad comprobada no solo en América Latina, sino también en Medio Oriente y Europa del Este. Las pruebas han sido tan contundentes, que no debería haber espacio para la ingenuidad, a la hora de calibrar el aporte de las ONG para el supuesto fortalecimiento de la democracia. Ojo y no es que se quiera pecar de un criticismo extremo, pero es que los hechos han sido sencillamente demoledores.
Golpes y más golpes
La historia reciente deja en evidencia que, más que héroes, las ONG han sido grandes villanas de la democracia en el Mundo en vías de Desarrollo. A través de la creación de una serie de “fundaciones” seudo privadas, como el Instituto Albert Einstein (AEI), la National Endowment for Democracy (NED), el Instituto Republicano Internacional (IRI), el Instituto Demócrata Nacional (NDI) y Freedom House, muchas ONG han terminado siendo arietes de la desestabilización y de los golpes de Estado.
Esta agenda oculta, tiene incluso un manual de procedimientos para “golpes suaves”, conocido como el Manual de Gene Sharp. Así se utiliza el mismo material de formación del Instituto Albert Einstein (de Sharp). Y siempre se reciben gruesas sumas de las agencias de EEUU. Aquí destacan las ya mencionadas USAID, NED, el IRI, el NDI y Freedom House, entre muchas otras.
Fórmula conocida
Esta estrategia se aplicó desde los primeros comienzos de la Revolución Bolivariana. Entre los ejemplos más concupiscentes de ONG creadas para desestabilizar destacan la Súmate de María Corina Machado y la Gente del Petróleo (de Juan Fernández y Horacio Medina). Luego se sumarían otras organizaciones como el Movimiento de Estudiantes “manitas blancas”, seriamente influenciadas por Otpor y el Manual de Gene Sharp.
Se estima que tan solo en esa primera etapa de conspiraciones en Venezuela se crearon más de 300 ONG con una inversión inicial de más de 100 millones de dólares. La plata fue suministrada por los brazos ideológicos de la CIA (USAID, NED). Pero esa estrategia no ha sido exclusiva contra Venezuela, la misma receta se le ha aplicado a Bolivia, Ecuador, Paraguay, Honduras y Nicaragua entre muchos otros países.
Conspiración repotenciada
Pero ha sido en esta segunda etapa de la revolución Bolivariana, cuando el formato de las conspiraciones a través de las ONG ha alcanzado su máxima expresión. Sólo para que tengamos una idea el financiamiento a estos organismos en su “lucha por la democracia” arroja cifras astronómicas por el orden los 3 mil millones de dólares.
Lo más insólito de esta situación es que los responsables de administrar estas ONG por lo general permanecen en la sombra. Es decir, nunca se sabe quiénes son y mucho menos a qué acciones dedican estas gruesas sumas de dinero. De acuerdo con diversas investigaciones del PSUV se tiene registro de al menos 62 ONG que reciben financiamiento de organismos internacionales.
Ovejas y lobos
De hecho, como ha denunciado el diputado y dirigente del PSUV, Diosdado Cabello con la aplicación de Inteligencia Artificial ChatGPT se han obtenido grandes revelaciones. Por ejemplo, se pudo conocer que inclusive fundaciones e institutos educativos aparentemente inofensivos han recibido fondos. Estamos hablando del IESA y la Fundación Konrad Adenauer (tutor ideológico de COPEI). Ambos han obtenido recursos para la conformación de Tanques Pensantes (Think Tank) contra el gobierno. Inclusive, la nefasta aventura del interinato se sirvió de muchos mecanismos de supuesta ayuda humanitaria para robar y hacer grandes daños a la República.
A la luz de tantas evidencias queda claro que detrás del disfraz de oveja de muchas ONG, se esconden varios lobos feroces. Estos en verdad detestan la democracia. Repetimos que no se puede meter a todas en un mismo saco, pero abundan las ONG comprometidas con la desestabilización. Por ello, el Proyecto de Ley de Fiscalización y Regularización de la Organización y Financiamiento de las ONG que se discute en la Asamblea Nacional adquiere más vigencia y relevancia que nunca.
