El tragicómico capítulo de un supuesto interinato está próximo a su final, formal y definitivo. Y es que ha trascendido que los propios “dueños del circo”; es decir, las autoridades norteamericanas, han resuelto no reconocer más a su payaso (Juan Guaidó). Como era previsible y, hasta comprensible, no es el deseo de Joe Biden y su combo seguir haciendo el ridículo internacional. Por ello, todo indica que a partir de enero de 2023, Guaidó volverá a su esencia: La nada, más absoluta.
La verdad es que al actual presidente de EE.UU (Biden) no le quedó más remedio que alargar la farsa del interinato, hasta donde más le fuera posible. Sí, seguramente, por aquello de la “continuidad institucional” de las políticas imperiales, a Biden le tocó cargar por varios meses con ese pesado fardo que le heredó Mr. Trump. Pero la bufonada no da para más. Guaidó debe volver a la nada, aunque sea a regañadientes para EE.UU. Algo que la propia cúpula de la Casa Blanca ya admite más abiertamente.
La nada y Guaidó
De acuerdo con una reciente reseña periodística del diario británico Financial Times, es un hecho que en enero de 2023, EEUU le dará cristiana sepultura al interinato. Tratando de recuperar algo de la sindéresis perdida, cuando inicie formalmente otro período legislativo de la legítima Asamblea Nacional (electa mediante votación popular en 2020). Así, la Casa Blanca habrá admitido que Guaidó es un “don nadie”. Y su destino no puede ser otro que la nada. En pocas palabras: EEUU le retirará todo el apoyo.
En realidad, este paso será sólo una formalidad más. En la práctica ya el gobierno de Joe Biden ha dejado claro que Guaidó apesta. Prueba de ello ha sido la flexibilización de algunas de las mal llamadas “sanciones” contra el país. Igualmente, el proceso de negociación para el intercambio de prisioneros entre Caracas y Washington.
Por otra parte, también es notorio que progresivamente los países que en algún momento dieron su apoyo a la bufonada, poco a poco se han ido desmarcando. Es el caso de la Unión Europea. Mientras que, en la región, han hecho lo propio Chile, Bolivia, Perú y Colombia, entre otras naciones. Como se ve el único paso que falta para dejar a Guaidó completamente en la nada, es que el verdadero padre político de este pernicioso Frankenstein (EEUU), abandone a su suerte al cadáver insepulto.
Nadie lo quiere
Ni bien se ha formalizado el retiro formal del apoyo de EEUU a Guaidó, cuando ya varios partidos del ala más radical de la oposición venezolana han cambiado abruptamente de parecer. De hecho, se ha conocido que estos partidos se apresuran a discutir un plan para terminar con el “gobierno interino” antes de finalizar 2022.
Las toldas agrupadas en la denominada Plataforma Unitaria, como Primero Justicia, Acción Democrática, Un Nuevo Tiempo y Voluntad Popular, también admiten en su fuero interno que Guaidó es la nada. Saben, que sus promesas centrales como: “el cese de la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres”, no pasaron de ser frases huecas.
Y aunque traten de guardarse algunas formas, la verdad es que la propia oposición desconocerá a Guaidó. De acuerdo con el ya citado Financial Times: “Se ha decidido rediseñar todo sin Guaidó como presidente interino”. Así habría declarado una fuente de la Plataforma Unitaria al medio londinense. De hecho se añade: “Hay una convicción abrumadora entre la mayoría de que la figura de Guaidó y el gobierno interino está reñida con la realidad“. En pocas palabras, están muy conscientes de que Guaidó es la nada.
Trump lo sabía
Cómo será de opaca la personalidad de Guaidó y su patente falta de liderazgo, que el mismísimo expresidente Donald Trump nunca le tuvo fe. Al contrario su verdadero padre político, siempre vio a Guaidó con reticencia. Así lo confesó el ex Secretario de Defensa de EE.UU, Mark Esper, en su polémico libro A Sacred Oath. “Es por eso que Trump siempre pensó que Guaidó era débil, incapaz de sustituir al presidente Maduro, a quien veía como fuerte”, reseña Esper.
Sin embargo, esa manifiesta debilidad no ha sido óbice para que Guaidó robe, literalmente a manos llenas. Entre los casos más escandalosos destaca la desaparición de al menos 500 millones de dólares entregados por la USAID para supuesta ayuda humanitaria; el desfalco de Monómeros, denunciado en detalle por Humberto Calderón Berti. Igualmente, el despojo del oro de la República depositado en el Banco Central de Inglaterra.
Denuncias y más denuncias
El actual presidente de la legítima Asamblea Nacional (AN), Jorge Rodríguez, ha denunciado que Guaidó recibió 841 millones de dólares de España, Colombia y EEUU. Este dinero debía ser para la figura de la ayuda humanitaria. Pero la plata se esfumó.
Rodríguez ha detallado que el dinero recibido en 2020 y 2021 por Guaidó y su grupo asciende a 1.223 millones de dólares. “Recibió más de 1.600 dólares por minuto en 2021“, detalló el alto funcionario. También leyó un comunicado del Departamento de Estado según el cual el supuesto interno ha recibido 1.900 millones de dólares para ayuda humanitaria, de desarrollo y salud.
Festín de corrupción
De acuerdo con diversos cálculos, Guaidó ha recibido más de 3.100 millones de dólares. Con esos recursos se hubieran podido comprar 442 millones de dosis de vacunas contra el covid-19 para vacunar a toda América Latina y el Caribe. O, hubiera servido para vacunar a los venezolanos contra el covid-19 por 22 años.
El interinato no solo ha sido un festín de corrupción. A causa del criminal bloqueo financiero se estima que entre los años 2017 y 2018 fallecieron cerca de 40 mil compatriotas. Esas personas, lamentablemente no pudieron acceder a medicamentos y alimentos. Estas cifras se desprenden de estimaciones del Centro de Investigación en Economía Política, a cargo de Mark Weisbrot y Jeffrey Sachs.
Una vez que Guaidó este desactivado completamente en el plano de la política exterior, de seguro pasará la historia como el máximo exponente de la traición a su propia patria y a su propio pueblo. Ejemplos de colaboracionismo y entreguismo en América Latina, por desgracia ha habido muchos, pero sin duda Guaidó los aventajará ampliamente. Aunque representa la nada, ha sido de los peores delincuentes. Todo el peso de la justicia, algún día debe caer sobre él y sus secuaces.