Cuando tus contenidos no solo tienen pegada, sino que desnudan la verdadera versión de los hechos, la derecha y sus operadores político-mediáticos se activan. En ese momento sacan un último as bajo la manga: la censura. Sí, una práctica tan históricamente asociada a regímenes totalitarios, pero que es en realidad moneda corriente del mundo hiperconectado de la actualidad. Los nombres de Julian Assange y Edward Snowden son sólo la punta del Iceberg de un sistema de control global, que afectó hace pocos días a la agencia de noticias Venezuela News con un «apagón» informativo.
En resumen, la lógica que se aplica desde los nodos de poder de la derecha internacional es silenciar a todas aquellas voces incómodas. No conviene que esos líderes u organizaciones comunicacionales díscolas tengan mucha tribuna, porque el mensaje puede propagarse y despertar conciencias.
Y gracias a los estudios de corrientes críticas en la comunicación de masas, sabemos que mantener a la «gran bestia» de la opinión pública adormecida o peor aún embrutecida es un fin en sí mismo. Como han señalado Noam Chomsky y Vicente Romano, entre muchos otros, ese ha sido desde siempre el verdadero objetivo de la industria mediática. Es una triste realidad, desde los mismos orígenes de las llamadas sociedades de masas, pero que se verifica día tras días en prácticas nada éticas de información y difusión.
Oscurantismo informativo
Habitualmente se miente sin tapujos (proliferación de fake news), se descontextualiza, tergiversa, manipula y se invierte la realidad. Pero cuando todo eso falla se aplica el ácido de la censura, utilizando para esta práctica nada democrática, los recursos que brindan las nuevas tecnologías. Hackeo de un servidor, saboteo de una dirección de IP, eliminación de una cuenta (Twitter, Facebook o Instagram, entre otras) o el bloqueo selectivo de mensajes y respuestas, como le ocurrió al propio expresidente de EE.UU Donald Trump en 2021. Todas ellas son sólo algunas de las modalidades de ataque de este nuevo Gran Hermano cibernético que opera bajo una agenda inconfesable.
Por increíble que parezca, estas aberradas actuaciones, en buena medida reproducen la lógica y los procedimientos de la Iglesia Católica, durante la Edad Media. En ese período las autoridades eclesiásticas restringían celosamente el acceso al conocimiento. Un oscuro episodio de la historia de la humanidad, magistralmente narrado en la película El nombre de la Rosa, inspirada en la novela homónima de Humberto Eco.
La idea central aquí, es que tratando de «matar al mensajero», se cree que se podrá erradicar el mensaje. Pero, como es obvio, esto jamás se reconocerá abiertamente. Mucho menos en pleno auge de un mundo digitalizado, que nos intenta seducir con las realidades inmersivas de un Metaverso, que se asoma a la vuelta de la esquina.
Oferta engañosa
Al contrario la narrativa subyacente tras la revolución tecnológica en el ámbito de las TIC, es precisamente la de la verdadera democratización de las comunicaciones. Entre otras cosas, porque las tecnologías abren la posibilidad de que el usuario sea su propio generador de contenidos. Algo completamente cierto en el campo de las redes sociales, pero por desgracia bastante limitado por los gigantes empresariales que se han ido apoderando de este mundo digital (Amazon, Facebook, Google y Apple).
El control de la Big Data y los usos nada escrupulosos que le están dando personajes como el dueño de Facebook, Mark Zuckerberg, harían palidecer al Gran Hermano de Orwell, en su novela 1984. El manejo del algoritmo y su estructura basada en la teoría de Grafos, prácticamente hacen innecesarias las técnicas persuasivas de la publicidad.
Nos conocen casi mejor que nosotros mismos y basados en ese conocimiento pueden incidir de forma determinante en nuestras decisiones y percepciones. A ese inmenso poder hay que agregar que desde la web y las redes sociales se pueden aplicar tácticas de bloqueo selectivo a portales o a un usuario muy popular.
Ataque mercenario
Atacaron la web venezolana @Agencia_VN. Los actos de guerras no solo se hacen con bombas y militares, sino también atacando a medios de comunicación e información que hacen un trabajo independiente contra el establishment y la hegemonía del imperio. pic.twitter.com/9j9hmkl3He
— Aníbal Garzón (@AnibalGarzon) July 27, 2022
Esto último fe precisamente lo que sucedió con Venezuela News, el pasado fin de semana. A propósito de una investigación, de varias que ha realizado la agencia, desenmascarando al sicario informativo de Armando.info, Roberto Deniz, la página fue “técnicamente sacada del aire”. ¿Quién recuerda a VTV en el año 2002?
El grupo de Deniz, obsesionado con una información que a diario saca a relucir la verdad de Venezuela, contrató los servicios de un pirata informático. Este aplicó técnicas de sabotaje más sofisticadas que los ataques tradicionales de DDOS e intentó sabotear los sistemas de seguridad informática. Sin embargo, los equipos de seguridad de Venezuela News, pudieron contener la agresión oportunamente y mantener íntegro el sistema del medio.
Como suele ocurrir en el mundo delictivo, los crímenes de este tipo tienen un móvil, un autor intelectual y otro material. El móvil está claro: acallar a Venezuela News. Y cuál es el supuesto delito de esta Agencia, desenmascarar a Deniz y a todo su combo en Armando.info, limpiando el buen nombre del país, así como el del diplomático venezolano, Alex Saab, secuestrado en EE.UU.
Pirata de baja estofa
El autor material lo constituyó un usuario se hace llamar en redes como @HDPcheck o el #TeamHDP. Este delincuente informático, no solo se atribuyó la autoría de este hecho, sino que además hizo un recuento de otros sitios saboteados, con la amenaza de que vendrán más ataques.
En realidad, este #TeamHDP no pasa de ser un maleante de poca monta, que exige gruesas sumas de dinero a quienes los contratan. Estamos hablando del pirata web, Gerardo Gil Dams, un venezolano con orden de aprehensión internacional, por exponer a ciertas figuras al escarnio público, por negarse a ser extorsionados. Sujetos como este se dedican a contratar granjas de bots en todo el mundo, para hacer colapsar los servidores de la página seleccionada como blanco. Esta práctica la utilizó Gil Dams en los casos de Bocas Grill y el Ministerio Público.
Pero más grave aún es quien contrata y alimenta este sórdido mercado. Aquí nos topamos de lleno con el mercenario de Armando.info, Roberto Deniz. Tal como reveló el director de VN, Pedro Carvajalino, así se expresó Deniz: «Ya le giramos $150k (150 mil dólares) a Raymond por Bitcoin. Me dijo que te iba a informar. Hermano, no escatimen en nada para acabarlos». Mientras que interlocutor (@HDPcheck), respondió al encargo de esta forma: «Listo hermano. Al pendejo de Pedro y su agencia ya le lanzamos un ataque brutal que no van a aguantar«.
Reflexión necesaria
Estas prácticas mafiosas, tras bastidores de una comunicación que se vende como si estuviera al servicio de grandes causas (libertad de expresión e información y democracia), demanda una importante reflexión a escala global.
La comunicación y la información son derechos humanos fundamentales. A nadie puede extrañar eso. El problema está en la pérdida de principios y valores que han hecho del periodismo, en ciertos medios, una real academia de palangristas. Esto es, mercachifles que se venden al mejor postor, cuyo único objetivo es amasar fortuna a base de injurias, calumnias y ahora censura “tecnológica”.
Por fortuna como dice un viejo adagio africano: cuando la verdad llega, la mentira se abochorna y se va. Y Venezuela News, seguirá trabajando duro por sacar a la luz la verdad de Venezuela. Seguiremos informando la verdad que nadie podrá silenciar jamás.
