La abogada, exdiputada a la Asamblea Nacional (AN), activista de los derechos de la diversidad sexual y de género e integrante de Todes por la Dignidad, Tamara Adrián, apuesta por el encuentro plural de los más diversos sectores del país para hallar soluciones a problemas comunes. Así lo dijo este miércoles en entrevista exclusiva con Venezuela News, en la que además consideró que en Venezuela hay «mucha gente dentro del closet, porque no hemos podido hablar de los temas del siglo XXI».
En primer lugar, Adrián explicó que Todes por la Dignidad es un movimiento que nació hace varios meses, inspirado en el proceso que surgió de la negociación de los acuerdos de paz en Colombia. Esto es, el encuentro motus propio de grupos sociales interesados en lograr consensos para proponerlos a los grupos de poder, especificó.
Pero también inspirado en la plataforma política que llevó a Emmanuel Macron al gobierno en Francia, contó la profesora universitaria.
«No es un partido político, es un movimiento que no exige militancia, donde lo que aupamos es la pluralidad de religión, de opinión política, de participación social«, dijo Tamara Adrián. La idea entonces es que exista un espacio que posibilite la concreción política de aquellos puntos en los que hay acuerdos.
«Nos empezamos a reunir personas del chavismo, del chavismo crítico, del chavismo disidente, personas que forman parte de lo que se llamó el Gran Polo Patriótico (…) Huérfanos del discurso político, porque nadie les está hablando, y encontramos también personas de las distintas formas de la oposición (…) Quizá donde no estamos es en los dos extremos, aquel extremo de política muy radical de chavismo y aquel de política radical de oposición. Ahí no hemos llegado todavía pero queremos también llegar«, sumó.
Muchos más puntos de encuentro
Asimismo, Tamara Adrián contó que la reunión de sectores pasa por interceptar distintas realidades y generar vínculos. En ese ejercicio, «encontramos a las mujeres, personas con discapacidad, adultos mayores, estudiantes, profesores; encontramos a todo un universo de personas que se vieron motivadas a encontrar aquello que nos une».
Y efectivamente, agregó Adrián, concluyeron que «es mucho más lo que nos une que lo que nos divide».
«Ha llegado el momento de entendernos, vernos, de reconocernos porque Venezuela está empobrecida. Necesita de soluciones que provengan de un reconocimiento porque no se puede crear un país para algunos excluyendo a los demás», valoró la activista.
Enclosetados
Para esta abogada trans y lesbiana, primera mujer trans electa a un parlamento nacional en América, en Venezuela aún no se debaten los urgentes tópicos de estos tiempos, bien sea por hipocresía, racismo, prejuicios y/o discriminación.
«Hay mucha gente dentro del closet, porque no hemos podido en Venezuela hablar de los temas del siglo XXI. Hemos hecho un amago de decir que vamos a hablar de temas sociales ¡Mentira! No hemos llegado al fondo de la deconstrucción de género para modificar las masculinidades que generan el sistema de opresión y de violencia, no solo contra la mujer, sino también contra los hombres. Puso como otro de los asuntos que no se hablan: las masculinidades y feminidades tóxicas.
«Para poder deconstruir los sistemas de poder, tenemos que hablar de cómo se estructura el patriarcado. Cómo este ha impedido el desarrollo de la mujer y del hombre imponiendo patrones de conducta que van en detrimento de la dignidad humana», sumó.
Consideró que lo religioso no puede ser piedra de tranca para avanzar en esos temas álgidos y polémicos como aborto y matrimonio igualitario. «El tema religioso me lo dejas afuera, porque la Constitución otorga el derecho a creer, pero no a imponer una creencia para negar derechos a otros», advirtió.
«¿Por qué viene alguien que se dice de una religión y te dice que la tuya es una porquería? Vamos al derecho de todos, el derecho tuyo es a creer en lo que quieras», apuntó incitando a la reflexión.
Dijo además que quien mantenga el discurso religioso para justificar que la diversidad no halle cabida, está demodé. Argumentó esta idea diciendo que, por ejemplo, en Chile 60% de la población se declara agnóstica y esta en su mayoría es joven.
Tamara Adrián aseguró que Venezuela está rezagada en una región en la que casi 90% de la población tiene derecho al matrimonio igualitario. Es así que denunció, por último, que el Consejo Nacional Electoral (CNE) se ha negado por doce años a aplicar el artículo 146 de la Ley Orgánica de Registro Civil «con un despliegue de intolerancia horrendo». Este permitiría a las personas a cambiar su nombre tras un simple procedimiento legal.