Las “sanciones” que sucesivos gobiernos de Estados Unidos imponen desde el año 2015 a Venezuela son “una tortura a la gente” de este país. Así lo asegura Charles Hardy, escritor, político y maestro estadounidense que residió desde 1985 hasta 2011 en la nación bolivariana.
Entrevistado en exclusiva para nuestra agencia de noticias Venezuela News, Hardy confesó sentirse avergonzado por los varios intentos desestabilizadores de EEUU contra el gobierno legítimamente electo en Venezuela. “Como ciudadano de Estados Unidos tengo vergüenza, porque por más de 20 años el gobierno de Estados Unidos ha tratado de tumbar al gobierno de Venezuela”, dijo.
Cuestiona que los medios tradicionales informan que “hay muchos venezolanos yendo a Estados Unidos, pero nunca hablan de por qué. Las sanciones son como una tortura a la gente de Venezuela”.
Agrega que “en estos días salió desde el gobierno que en este momento están entrando a Estados Unidos más migrantes de países comunistas como Cuba, Nicaragua y Venezuela. El Partido Comunista de aquí diría: ‘¿Cómo? ¿Venezuela es un país comunista?. Pero así salió oficialmente”.
“Venezuela no es un país comunista”, aclara seguidamente este político estadounidense con amplia experiencia en lo que significa vivir en la nación suramericana. Aunque hace más de diez años regresó a su patria natal, dice haber nacido realmente en 1985 cuando llegó como misionero a Caracas y se quedaría por casi 30 años.
¿Quién es Guaidó?
Charles Hardy explica que naturalmente Estados Unidos no puede arrogarse la potestad de definir quién dirigirá las riendas de una nación soberana. En ese sentido relata que cuando escuchó la palabra Guaidó por vez primera “no sabía si era un animal, vegetal o mineral. Era una palabra nueva. Pocos días después subió a una tarima en Chacaíto un Juan Guaidó para decir que era presidente de Venezuela. Inmediatamente le llamé el presidente Donald Trump para felicitarlo”.
No obstante, este escritor cuenta que cuando fue candidato al Senado por el Partido Demócrata recibió más votos en Wyoming, un estado que tiene medio millón de personas. “Pero el gobierno de ese momento reconoció a alguien a quien de cada cinco venezolanos ni siquiera uno le conocía”.
“¿Qué derecho tenemos nosotros en Estados Unidos de decidir quién va a ser su Presidente?”, se pregunta en todo de crítica.
A su juicio, “Estados Unidos debe ser un amigo de Venezuela, pero con esa idea de que Venezuela es un país comunista no es posible. Venezuela solamente quiere ser libre”. Además, “hay algo especial aquí que el mundo no reconoce”, suma.
Alex Saab, una víctima de la guerra
Consultado sobre Alex Saab, diplomático secuestrado en Estados Unidos, Charles Hardy dijo que reconoce en él a “un hombre luchando por Venezuela, tratando de hacer lo que puede contra el bloqueo y de repente no le reconocen (como enviado especial)”. Su secuestro, añade, “es un manera de perjudicar a Venezuela. Nada es legalmente”. Y recordó que un Tribunal de la CEDEAO dictaminó que este hecho está alejado de la legalidad internacional y que, por ende, las autoridades de Cabo Verde, primera sede del secuestro, debían liberarle inmediatamente.
Concluye que el caso de Alex Saab es juzgado en Florida porque es una “forma de dar un regalo” a la clase política históricamente antivenezolana y anticubana que hace vida en ese estado.
Por último, vaticina que jamás será posible una revolución en Estados Unidos porque “no hay sancocho ni hallacas”. Argumenta que estos platillos típicos de la gastronomía venezolana son más que una simple preparación; ameritan del trabajo en colectivo y en Venezuela este llega siempre acompañado de la camaradería, solidaridad y alegría característica del gentilicio de la tierra de Bolívar.