Aún no está claro si Lula ganará en primera vuelta, especialmente por la abstención que ha ido in crescendo desde 2006. La actual campaña, corta pero muy polarizada, se ha centrado en el rechazo, a Lula o a Jair Bolsonaro, y no en lo ideológico-programático. Al mismo tiempo, la derecha mantiene su estrategia de inundar las redes de fake news contra el contendor, pero hoy día la izquierda está más preparada para enfrentarla. Estas son algunas de las consideraciones más importantes que hizo a Venezuela News la tarde de este miércoles Breno Altman, destacado periodista brasileño y fundador del sitio web Opera Mundi.
El gran debate: ¿Lula gana en primera vuelta?
De entrada, Breno Altman dijo que ciertamente hay una tendencia de crecimiento de la intención de voto a favor de Luiz Inácio Lula da Silva (Partido de los Trabajadores, PT) en los últimos días, «pero aún no es suficiente como para que se pueda hacer una apuesta muy clara de que la cosa se resolverá el 2 de octubre, en primera vuelta».
Explicó que en Brasil para que se logre un triunfo electoral en primera vuelta se necesita de 50% más uno del total de los votos válidos. «Lula está entre 50,5% y 52%, dentro del margen de error (según las recientes encuestas)», apuntó.
En ese escenario, la abstención es definitoria, porque, por ejemplo, si esta alcanzara el 22% podría dejar a Lula un hilo debajo del 50% requerido para una victoria en un único turno. «La abstención no favorece a Lula porque ha sido más grande entre los más pobres y el nordeste del país, que son sus fortalezas electorales».
Varias causas explican esa merma en la participación electoral, nos contó Breno. Dificultades en la movilización, la crisis económica, los factores climáticos o que «la gente se va alejando del proceso electoral», son algunas de ellas.
Lo que sí ve nuestro invitado como seguro es que Lula ganará en casi todos los estados, incluyendo a los cinco principales: São Paulo, Río de Janeiro, Río Grande Do Sul y Bahía. Esos cinco estados suman el 50% de los más de 154 millones de electores que están convocados a votar. No así ocurrirá con el PT en los gobiernos estadales, donde no hay tantas posibilidades ciertas de vencer.
Campaña electoral plebiscitaria
En su intercambio con Venezuela News, Breno Altman definió la campaña electoral actual como intensa y polarizada. Nos contó que la ultraderecha repitió su maniobra de usar fakes news para sumar adeptos. No obstante, «la capacidad de defensa de las fuerzas de izquierda está bastante más fuerte. Entonces los efectos de esa campaña de mentira y tergiversaciones son menores. No han logrado romper la situación de aislamiento de Bolsonaro por esa vía», aseguró.
A su juicio, el factor fundamental es el rechazo a Bolsonaro, aunque ello no signifique automáticamente un rechazo al neoliberalismo. «Es un rechazo que tiene muchos matices. Claro, hay un sector de izquierda que rechaza el neofascismo y neoliberalismo, pero hay otro sector que rechaza a Bolsonaro sin rechazo al neoliberalismo. Es un rechazo a sus métodos autoritarios pero no un rechazo claro a su política económica», explicó.
Altman también aseguró que el centro de la campaña no ha sido profundizar el rechazo al neoliberalismo y, en cambio, estimular la defensa de un programa de izquierda. «El PT por prudencia, por cálculo político, desde primera vuelta tuvo la táctica plebiscitaria, de unificar toda la gente que estuviera contra Bolsonaro. Entonces, el tema del neoliberalismo no es un tema central sino secundario, por elección del PT», dijo.
En síntesis, el PT ha marcado la pauta. «Es una campaña netamente plebiscitaria, es una campaña entre dos rechazos. Alrededor de Lula se organiza el rechazo contra Bolsonaro, alrededor de Bolsonaro se trata de reorganizar el rechazo contra Lula y el PT. No es una campaña donde el debate programático, sobre lo qué hacer con el país tenga el centro de la discusión electoral, es un factor más bien marginal en la disputa. Más bien lo que está en juego es si el país soporta cuatro años más de Bolsonaro», opinó Breno.
¿Si Lula gana, Bolsonaro reconocerá resultados?
El periodista de Opera Mundi vaticinó que Bolsonaro, en caso de que Lula gane en primera vuelta, «va a tratar de dejar en el aire que hubo fraude, pero no creo que tenga fuerza social, política, internacional ni militar para impedir que Lula venga asumir por la tercera vez el comando del país. Creo que hará mucho ruido pero sin ninguna eficacia concreta».
Consideró además que las fuerzas armadas no asumirán el «riesgo brutal de no reconocer la voluntad popular y poner al país en una crisis política de proporciones impredecibles y un grado de aislamiento internacional que sería sencillamente insoportable».
Bolsonarismo fascista
Breno Altman define al de Bolsonaro como un «gobierno liberal fascista. Fascista por sus métodos autoritarios, pero es autoritario al servicio de las ideas ultraliberales, no solo en la economía sino también en la lógica de la organización social».
Con ello quiere decir que prima la idea de que «el individuo todo puede, lo individual está por encima del colectivo». Por ejemplo, «el individuo no desea tomar la vacuna contra la covid-19 porque cada individuo puede hacer lo que desee con su salud, no importa si eso repercute en la salud de los demás».
Esto explica que en Brasil haya crecido en casi 500% la tenencia de armas desde que Bolsonaro asumió el poder. «El individuo desea tener un arma que es el símbolo máximo del poder individual. Eso tiene mucho de la lógica del individualismo protestante de Estados Unidos», sumó.
«Bolsonaro tiene mucho de eso que en los últimos 15-20 años se ha llamado el anarcocapitalismo. Elementos extremistas del capitalismo de EEUU que creen que la Patria y el Estado deben estar supeditados al poder máximo de los individuos. Esa es su construcción ideológica, por eso el tema de las armas es tan importante para él. Es más bien un elemento ideológico«, valoró.
Liderazgo que expresa misoginia, homofobia y racismo
No obstante, Breno cree que «Bolsonaro no está para nada como un cuadro internacional. Bolsonaro es un bocón, es un tipo bastante frágil en términos de sus capacidades y liderazgo». Por último, dijo que el líder del Partido Liberal aglutina partidarios en la medida en que ha tenido el coraje de hablar públicamente de lo que ciertas personas sienten y no expresan.
«Es el tipo que en su condición de líder político expresa esos sentimientos marginales de una parte de la sociedad como el racismo, la misoginia, la homofobia y otros sentimientos de la misma categoría. Con eso arrastra a la parte más enferma de la sociedad para apoyarlo en su proceso político», analizó.
