Un estudio publicado por la revista Scientific Reports, realiza el planteamiento de que el calor aumenta las mordeduras de perros en personas.
En la investigación se explica que esta conducta negativa de los caninos, no muy lejos de la forma en la que actúan los humanos ante las altas temperaturas, también está vinculada a la contaminación atmosférica.
En ese sentido, tal como puede sucederle a una persona, se investigó si las tasas diarias de perros violentos, está influenciada por elementos ambientales.
“Se analizaron 69.525 informes de perros que mordieron a humanos, obtenidos de registros públicos sobre solicitudes de control de animales y de registros de emergencias“, detalla la investigación efectuada en ciudades estadounidenses.
Por lo que, el estudio donde se plantea que el calor aumenta las mordeduras de perros en personas, concluyó “que los perros, o las interacciones entre humanos y perros, son más hostiles en los días calurosos, soleados y con smog“.
Igualmente, explican que este saldo indica que la carga social del calor extremo y la contaminación del aire, también incluye los costos de la agresión animal.
Es así cómo los resultados de la investigación indican que la incidencia diaria de mordeduras de perros, no está influencia por las partículas PM 2,5.
No obstante, sí se refieren a los siguientes elementos ambientales:
- Ozono
- Temperatura
- Precipitación
- Niveles de ultravioleta
Cabe destacar, que los autores de este estudio, a cargo principalmente de Clas Linnman, manifestaron que los registros de mordeduras de caninos no incluían información de otros factores que pueden afectar el riesgo de mordeduras de un perro en particular.
En cuanto a esos elementos, se refirieron a:
- Raza
- Sexo
- Castración o esterilización.
Asimismo, desconocían la relación e interacciones previas entre el animal y el humano mordido. Ejemplo, si la persona estaba familiarizada con el cuadrúpedo.