En Ecuador, Gabriela Rivadeneira, nacida en 1983, ocupó numerosos cargos importantes durante los Gobiernos de la Revolución Ciudadana, que duró diez años (2007-2017) y encabezó Rafael Correa. Entre 2013 y 2021 fue Presidenta del Parlamento. En 2017 fue la parlamentaria más votada, por encima de los candidatos presidenciales Guillermo Lasso y Cynthia Viteri, quienes terminaron en segundo y tercer lugar en las elecciones generales ganadas por el candidato «correísta», Lenin Moreno, quien luego le dio la espalda a la Revolución Ciudadana.
En ese entonces, Gabriela fue una de las principales protagonistas en la lucha contra las medidas de política económica de Moreno. Por ello, por su participación en las protestas populares de 2019, y tras haber escapado de un atentado, tuvo que salir del país y refugiarse en México, donde obtuvo asilo político en 2020 y donde la contactamos para esta entrevista, la víspera de las elecciones anticipadas en Ecuador.
Elecciones que, como se recordará, el banquero Guillermo Lasso, quien sucedió a Moreno en la presidencia del país, decidió convocar con anticipación, utilizando el mecanismo de «muerte cruzada», y disolviendo el Parlamento, sabiendo que esa Asamblea Nacional, con mayoría de oposición, aún lo habría destituido por su participación en un escándalo de corrupción.
«El 20 de agosto» –dice Rivadeneira– «el pueblo ecuatoriano tendrá que decidir si le da continuidad a las políticas neoliberales de los últimos seis años o si recupera el Gobierno del pueblo. Será un voto por la vida o por la muerte. Elegiremos presidente y diputados por un año y cuatro meses, tiempo que faltaba para terminar la legislatura. Luego, habrá elecciones nuevamente, en 2025″.
La votación de mañana se alcanzó en un clima de creciente violencia política, que acompaña al altísimo nivel de inseguridad que caracteriza al país, considerado uno de los más seguros del mundo durante los gobiernos de Correa. «Un contexto» – continúa Gabriela – «de profunda crisis económica, política y social en la que nos ha sumido el salvaje neoliberalismo del banquero Lasso, convirtiendo a Ecuador en el país más violento del continente, con más de 4 mil asesinatos registrados y asesinatos políticos, como lo del candidato presidencial de derecha, Fernando Villavicencio. Cuatro líderes de la Revolución Ciudadana fueron asesinados, por la ausencia del Estado y del Gobierno».
Christian Zurita, a quien el Movimiento Construye ha propuesto como suplente y reemplazo de Villavicencio, apareció en la final de campaña con chalecos antibalas y la palabra «policía». Otro candidato, Jan Topic, exparacaidista y francotirador de la Legión Extranjera francesa, se presentó como «el Bukele ecuatoriano» y prometió más armas para todos y mano dura contra el crimen. Mientras tanto, la familia de Villavicencio ha denunciado al Estado por homicidio doloso, por deficiencias evidentes en el sistema de protección.
Luisa González, candidata del movimiento Revolución Ciudadana, finalizó la campaña en Guayaquil, el principal puerto del país y una de las ciudades más afectadas por la crisis, y cruce de las drogas, donde bandas armadas luchan por el control del narcotráfico.
«Luisa» – dice Rivadeneira – «es la única candidata mujer de un grupo de 7 hombres, todos representantes de la derecha conservadora. Es la única representante de las fuerzas progresistas. Para nosotros significa reafirmar que solo la izquierda avanza en los temas de derecho, justicia social y desarrollo sostenible. Miramos con preocupación lo que está pasando en el continente. Vemos un ascenso preocupante no solo de la derecha conservadora, sino del fascismo, que con retórica agresiva quiere llegar a los jóvenes. Después de Trump, Piñera, Duque, Moreno, Añez, se intenta «normalizar» el terror de Estado, debilitar las organizaciones sociales y crear un caldo de cultivo en lo que surgen candidatos fascistas que proponen más violencia como solución a la violencia. Para nosotros la solución no es armar a la ciudadanía, sino desarmar la delincuencia resolviendo sus causas».
Para eso, agrega Gabriela, se necesita una adecuada formación de los cuadros, a nivel nacional y continental. Una tarea que ella continúa aún desde su exilio en México. «Fundamos» -explica- «el Instituto Eloy Alfaro para la Democracia (IDEAL), que dirige Rafael Correa y en el que yo me encargo de la parte operativa, coordinando la red de mujeres lideresas de la región con la que formar nuevos cuadros para una nueva revolución de conciencias, como dice AMLO, el presidente de México. Una gran cruzada a favor del pueblo para desplegarse en nuestros territorios. Y esperamos que la votación del 20 sea un parteaguas para deshacer el daño causado por el neoliberalismo en Ecuador«.