EEUU evalúa sancionar a Sudáfrica. Aunque tradicionalmente la nación norteamericana se presenta ante la comunidad internacional aplicando sanciones unilaterales contra países alegando la defensa de los derechos humanos y la democracia. El siguiente ejemplo de la iniciativa de algunos congresistas estadounidenses para sancionar a Sudáfrica deja en evidencia las verdaderas razones de las sanciones de Estados Unidos.
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El Congreso de Estados Unidos recibió un proyecto de ley para revisar las relaciones con Sudáfrica tras la denuncia que presentó contra Israel ante la CIJ por genocidio. Como se recordará, el fallo de la Corte Internacional de Justicia que consideró plausible que Israel cometiera actos de genocidio contra Gaza, es decir, ve indicios razonables de la existencia de una intención genocida.
El proyecto de ley bipartidista quedó presentado esta semana por el congresista republicano estadounidense John James y el congresista del Partido Demócrata Jared Moskowitz.
El objetivo de esta iniciativa es amenazar las perspectivas de Sudáfrica de beneficiarse de la Ley de Crecimiento y Oportunidades Africanas (AGOA). Esta ley que permite que varios países africanos puedan exportar a Estados Unidos exentos de impuestos. La iniciativa contra Sudáfrica todavía están pendiente de discutirse y aprobarse por el Congreso.
¿Qué establece el proyecto de ley?
Establece que a más tardar 30 días después de la fecha de promulgación de esta Ley, el Presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, en consulta con el Secretario de Estado y el Secretario de Defensa, certificará ante los comités correspondientes del Congreso y se pronunciará sobre si la Sudáfrica, con su denuncia con el Corte Internacional, participó en actividades que socavan la seguridad nacional o los intereses de política exterior de Estados Unidos.
Ponerse al lado de “malignos” como Hamas o Rusia
El proyecto de ley acusa al Congreso Nacional Africano (ANC), el partido gobernante en Sudáfrica desde Nelson Mandela, de actuar de manera inconsistente con su política públicamente declarada de no alineación en asuntos internacionales. Acusan también al Gobierno sudafricano de ponerse al lado de «actores malignos», incluidos Hamás y la Federación de Rusia.
“Tras el horrendo ataque no provocado y sin precedentes de Hamás contra Israel el 7 de octubre de 2023, donde los terroristas de Hamás mataron y secuestraron a cientos de israelíes, miembros del gobierno sudafricano y líderes del ANC han pronunciado una variedad de declaraciones antisemitas y antiisraelíes”, se lee.
El delito de acusar a Israel de genocidio o denunciar la ocupación ilegal de Palestina
El Congreso estadounidense afirma que entre los comentarios antisemitas se incluyen las declaraciones del presidente Cyril Ramaphosa acusando a Israel de genocidio.
Agrega que la ministra de Exteriores de Sudáfrica, Naledi Pandor, culpó implícitamente a Israel de provocar el ataque al afirmar que «la continua ocupación ilegal de tierras palestinas, la continua expansión de los asentamientos, la profanación de la mezquita de Al Aqsa y los lugares sagrados cristianos y la continua opresión del pueblo palestino».
Igualmente acusó al portavoz nacional del ANC, Mahlengi Bhengu-Motsiri, de comentarios antisemitas por afirmar que la decisión de los palestinos de responder a la brutalidad del régimen de apartheid de los colonos israelíes no es sorprendente.
Tener relaciones con Rusia y China
Para poder justificar sus sanciones contra Sudáfrica, la iniciativa estadounidense afirma que “El 29 de diciembre de 2023, Sudáfrica presentó una demanda por motivos políticos ante la Corte Internacional de Justicia acusando injustamente a Israel de cometer genocidio” y recuerda que “El Gobierno sudafricano ha mantenido relaciones cada vez más estrechas con la Federación de Rusia, que ha sido acusada de perpetrar crímenes de guerra en Ucrania y socavar indiscriminadamente los derechos humanos”.
También cita que Sudáfrica envió múltiples delegaciones oficiales de alto nivel a Rusia para promover la cooperación política, de inteligencia y militar.
El proyecto de ley del Congreso también denuncia que Sudáfrica y el CNA mantienen relación con el gobierno chino y su gobernante Partido Comunista Chino (PCC).
Prueba de ello es la celebración en Sudáfrica de seis Institutos culturales Confucio respaldados por el gobierno chino y vinculados al Partido Comunista de China, la participación de Sudáfrica en una escuela de formación política en Tanzania financiada por China o la cooperación con la Iniciativa comercial Global China de la Franja y la Ruta.
En otro claro comentario de injerencia, la iniciativa estadounidense señala como argumento para sancionar a Sudáfrica que «el gobierno sudafricano liderado por el ANC tiene un historial de mala gestión de una serie de recursos estatales y a menudo ha demostrado ser incapaz de prestar servicios públicos de manera eficaz, lo que amenaza al pueblo sudafricano y a la economía sudafricana».
Los motivos de las sanciones de Estados Unidos
La conclusión es clara. La iniciativa estadounidense proponer sancionar a Sudáfrica por denunciar el genocidio israelí en Gaza y la ocupación ilegal de Palestina, y por tener relaciones comerciales y diplomáticas con Rusia o China. Es un ejemplo elocuente de los motivos en los que se funda Estados Unidos en sus sanciones ilegales a otros países: el castigo por tener políticas soberanas en sus relaciones comerciales o la independencia para señalar y acusar crímenes de países amigos de Estados Unidos. Es por ello que países como Cuba, Venezuela o Irán están sancionados, por ser soberanos y no plegarse a los intereses del gobierno estadounidense.
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