El canciller ruso, Serguéi Lavrov, denunció este sábado en el foro de la Asamblea General de Naciones Unidas, que Occidente busca destruir a Rusia. Esto, solo por pensar y actuar en forma diferente.
«La rusofobia oficial en Occidente no tiene precedentes, su alcance es grotesco», dijo Lavrov.
Además acusó a Estados Unidos de tomarse «por un enviado de dios en la Tierra» aunque sin «ninguna obligación», pero con el «único sagrado derecho de actuar con impunidad cuando y donde quiera».
«No se avergüenzan de decir que tratan de infligir una derrota militar a nuestro país pero también destruir y fracturar a Rusia», agregó.
El día de hoy se está decidiendo la cuestión de cómo será el futuro orden mundial: con una hegemonía o un mundo justo sin chantajes, afirmó el canciller ruso.
Según Lavrov, Moscú ha elegido la segunda opción y, junto con sus aliados, socios y personas afines «insta a trabajar en su implementación».
Lavrov destacó también que la reunión de la Asamblea General se celebra en un contexto dramático. Para esto, argumentó que las disposiciones en el ámbito de seguridad internacional se se están degradando rápidamente.
Sostuvo que la política occidental socava la credibilidad de instituciones internacionales.
Sobre Donestk y Lugansk
Lavrov reiteró que Rusia, durante muchos años, propuso establecer reglas de coexistencia en Europa sobre la base del principio de seguridad igual e indivisible, consagrado al más alto nivel en documentos de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa. Resaltó que Moscú presentó sus últimas propuestas al respecto en diciembre de 2021, pero recibió como respuesta «una negativa arrogante».
La incapacidad de Occidente para llegar a un acuerdo y «la guerra del régimen de Kiev contra su propio pueblo no nos dejaron otra opción que reconocer la independencia de las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk e iniciar el operativo militar especial».
El objetivo de la intervención del Ejército fue defender a ciudadanos de Donbás y eliminar amenazas a la seguridad rusa, dijo.
«Estoy seguro de que cualquier Estado soberano que se respete a sí mismo actuaría así en nuestro lugar».