La pandemia por el virus de la Covid-19 impuso grandes desafíos a la humanidad. Desde el 2020 a la fecha se cuentan por muchas las debilidades que se pusieron de manifiesto en torno a la salud global. En especial, en cuanto a la protección para los ciudadanos.
Ante este hecho, Cuba y su desarrollo en el campo de la salud vuelven a ser noticia, en esta oportunidad, a través de un importante periódico norteamericano: The Washington Post. Este diario publicó, recientemente, un artículo de opinión titulado “Cuba debería liderar el esfuerzo global de vacunación contra la próxima pandemia”. El mismo es de la autoría de Achal Prabhala y Vitor Ido.
💉¿Cómo puede la humanidad evitar que la próxima pandemia sea tan desastrosa como esta, en la que han muerto hasta 15 millones de personas?https://t.co/X8UYSXPJX3
— Cubadebate (@cubadebatecu) June 1, 2023
“Durante la crisis de la covid-19, Estados Unidos tuvo la posibilidad de compartir su tecnología de vacunas con el mundo, y no hacerlo prolongó la pandemia en el país y en el extranjero. (…) Lo que es menos conocido es que Cuba tuvo la misma oportunidad de ayudar a vacunar al mundo. La historia de cómo Cuba fue bloqueada sistemáticamente en su búsqueda para hacer que sus vacunas estuvieran ampliamente disponibles, ofrece lecciones cruciales”, reseña la publicación.
Asimismo, reconoce como sorprendente que Cuba haya podido crear dos vacunas efectivas contra el coronavirus desde cero y “luego prometió compartir su propiedad intelectual en todo el mundo”.
El costo de desarrollar estas vacunas fue de 50 millones de dólares, según datos de BioCubaFarma. Un costo muy por debajo de los miles de millones que el Gobierno de Estados Unidos y Alemania desembolsaron para sus marcas.
A pesar de sus limitaciones, Cuba exportó dosis de vacunas a Venezuela, México, Vietnam, Siria, Nicaragua, Bielorrusia e Irán. Pero aunque muchos países de África y el sur de Asia también necesitaban vacunas desesperadamente, no aprovecharon la oferta cubana.
¿La razón?
De acuerdo con el artículo, las sanciones cada vez mayores que Estados Unidos ha reforzado mediante la aplicación de una presión política y financiera constante, mantienen aislada a Cuba no solo de Estados Unidos, sino también del mundo.
Un hecho que, sin duda, invita a reflexionar sobre la política internacional, sus presiones y las limitaciones que imponen al bienestar mundial.
