Los candidatos a la presidencia de la Argentina en las próximas elecciones del 22 de octubre no se sacaron ventaja pero protagonizaron cruces picantes este domingo en el primer debate presidencial.
El encuentro fue dispuesto por la Cámara Nacional Electoral, en la provincia de Santiago del Estero, en el norte del país.
El ultraderechista Javier Milei, primero en las encuestas; la candidata del partido del ex presidente Mauricio Macri, Patricia Bullrich y el oficialista Sergio Massa, concitaron la atención central. En las primarias obligatorias de agosto, cada uno de sus partidos obtuvo una votación del alrededor del 30 por ciento.
La lista de candidatos se completa con Juan Schiaretti, actual gobernador de la provincia de Córdoba y la diputada Myriam Bregman, la única candidata de izquierda.
En intervenciones estudiadas y hasta guionadas, las candidatas y los candidatos intentaron exponer en dos minutos aspectos centrales de sus propuestas en materia de Economia, Educación y un bloque final, sobre Derechos Humanos y convivencia democrática.
Economía, primer punto
En el bloque inicial sobre propuestas económicas los candidatos agotaron la mayoría de sus derechos a réplica. La candidata de la izquierda, Miryam Bregman, aseguró que la crisis del país «tiene responsables, el FMI, los empresarios y sus políticos», afirmó.
El candidato ultraderechista, Javier Milei, aseguró ser «especialista en crecimiento económico», y dijo encabezar «la única fórmula en condiciones en terminar con la inflación y la inseguridad», aunque no desarrolló cómo.
Por su parte, el actual ministro de Economía del gobierno de Alberto Fernández y candidato de la oficialista Unión por la Patria, Sergio Massa, aseguró que plantea «la construcción de un país donde nuestro jubilados, docentes, científicos y jovenes, tengan un lugar en serio».
Igualmente, Massa intentó ser propositivo. Ofreció crear «la moneda digital argentina» y rechazó los planes privatizadores esbozados por Milei. «Zimbabue, Ecuador y El Salvador, eso te propone Milei» dijo Massa, y remarcó que «poner la bandera de otro país en las (Islas) Malvinas o en el Banco Central es renunciar a la sangre de nuestros caídos».
Cruces picantes
Aunque el formato instituido por la autoridad electoral no permitía polémicas directas entre los candidatos, la crónica periodística anotó algunos cruces singulares.
Por ejemplo, hay que anotar la afirmación de la candidata de izquierda, Miryam Bregman al derechista Javier Milei, quien en su primera intervención lanzó su latiguillo contra la «casta política».
Bregman salió al cruce de Milei asegurando que es «un empleado de los grandes empresarios, que han ganado millones estos años, algunos viviendo del Estado, y que con él esperan ganar mucho más. No es un león, es un gatito mimoso del poder económico», cerró la candidata.
Disculpas al Papa
El momento del debate en que el candidato ultraderechista pareció trastabillar fue cuando el ministro-candidato Massa le pidió que aclare sus dichos sobre el Papa Francisco, el argentino Jorge Mario Bergoglio, a quien Milei calificó en su momento como «el representante del maligno en la tierra».
Massa trajo el tema al debate y le reclamó a Milei que pida perdón al Papa, a quien calificó como «el argentino más importante de la historia”.
Milei, visiblemente contrariado por su adversario, evitó referirse a una entrevista reciente en la que censuró al Papa Francisco y habló sobre críticas que hizo al jefe de la Iglesia Católica años atrás cuando -aseguró- “todavía no estaba en política”. También aseguró que pidió disculpas por esos dichos.
Segundo debate
Los debates de candidatos presidenciales están normados por ley en Argentina. Se prevé un segundo encuentro entre los postulantes el próximo domingo, desde la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires.
Por otra parte, en caso de que ningún candidato o candidata obtengas los votos necesarios para ganar en primera vuelta, la ley prevé otro encuentro obligatorio entre los postulantes que pasen al balotaje.
Según la mayoría de las encuestas, en la segunda vuelta estarían Milei y Massa.
