Con un Corán en sus manos, el influencer y exluchador Andrew Tate llegó el pasado 10 de enero a una corte de Rumania para enfrentar el proceso legal, que lo señala de liderar una red de explotación sexual junto a su hermano Tristan.
La detención de estos hermanos, se llevó a cabo el pasado 30 de diciembre. Las autoridades rumanas incautaron una lujosa colección de vehículos y varias propiedades del influencer.
Tate estuvo en el Tribunal de Apelación de Bucarest con el libro sagrado, luego de que recientemente anunciará su conversión al Islam. Para el influencer esta sería “la última religión verdadera“.
Andrew Tate declaró durante cinco horas, además de cargos por explotación sexual también enfrenta delitos por violación. Posterior a su presentación, seguirá bajo prisión preventiva tras una negativa de apelación.
Los abogados de la defensa argumentaron que Andrew debe permanecer en libertad debido a supuestos nódulos en los pulmones y debe recibir tratamiento médico, además del cuidado de sus hijos.
“Estoy muy decepcionado, la medida me parece excesiva“, declaró el abogado, Eugen Vidineac.
Detalles del caso
Las acusaciones en contra del influencer incluyen los testimonios de al menos seis mujeres obligadas a elaborar contenidos pornográficos y prostitución luego de ser reclutadas de manera forzosa por Tate.
En la mansión desde la cual se llevó a cabo su detención, las autoridades encontraron un estudio para realizar contenidos para adultos. La fiscalía rumana aseguró, que a varias de las víctimas Tate les prometió una falsa relación amorosa y llevarlas a su mansión. Luego de perpetrar las acciones, eran amenazadas y obligadas a trabajar como modelos eróticas.
