Colombia está bajó un paro armado, por el Clan del Golfo, tras la detención de «Otoniel», el capo colombiano del narcotráfico, extraditado a Estados Unidos.
De acuerdo con medios locales, el Clan del Golfo emprendió un plan para asesinar policías y militares e intimidar a pobladores del norte de Colombia, en represalia por la entrega de su máximo jefe, Dairo Antonio Úsuga, alias «Otoniel».
Hasta el momento, se contabilizan al menos ocho vehículos incinerados, cierre de comercios y limitaciones a la movilidad en cuatro departamentos colombianos.
El mensaje del Clan del Golfo declara que «la persona o la empresa o cualquier otra que no acate esta orden, no se responde, y será declarado objetivo militar».
El departamento de Antioquia es uno de los más afectados por la infracción de los derechos humanos internacionales. Se suman a este estado de alarma los departamentos Atlántico, Córdoba, Chocó, Bolívar, Magdalena y Sucre.
Por su parte, las organizaciones humanitarias de Colombia exigen a la Comunidad Internacional que influya en las decisiones institucionales. Esta medida con el objetivo de liberar a los pobladores del secuestro militar a manos del Clan del Golfo.
A su vez, solicitan a las instituciones gubernamentales que intervengan adecuadamente bajo los principios dictados por el Derecho Internacional Humanitario.