Estas Elecciones Argentina 2023, no son un comicio cualquiera. Más de 35 millones de argentinas y argentinos están habilitados para votar este domingo 19 de noviembre, en la segunda vuelta que determinará quién será el presidente por los próximos cuatro años.
Esta vez se recorta como amenaza la posible llegada al gobierno de la ultraderecha, por primera vez en la historia democrática argentina.
- “Pensemos bien nuestro voto para no volver nunca más atrás”: Argentinos llaman a no votar por Milei
- Justicia de Argentina desarticuló las acusaciones de fraude de Javier Milei
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Aquí acercamos algunas claves para entender las Elecciones Argentina 2023.
1 – Los números
En la primera vuelta, realizada el 22 de octubre pasado, votaron 27 millones de electores y electoras, casi el 78 por ciento del padrón electoral. En Argentina las elecciones son obligatorias para los ciudadanos entre 18 y 70 años, y optativas para los jóvenes de entre 16 y 18 y los mayores de 70.
Sergio Massa, del frente Union por la Patria, que agrupa al Partido Justicialista y otros socios menores, alcanzó 9.853.492 votos, el 36,78% de los votos válidos. Javier Milei, del partido La Libertad Avanza, se ubicó segundo con 8.034.990 votos, el 29,99%.
En tercer lugar se ubicó Patricia Bullrich, de Juntos por el Cambio, el partido del ex presidente Mauricio Macri. Alcanzó 23,81% con 6.379.023 votos.
Como ningún candidato alcanzó el piso para ganar en primera vuelta, la justicia electoral convocó al balotaje de este domingo.
Macri y Bullrich dieron su aval inmediatamente a Milei, pero sus votos no se transfieren automáticamente: referentes importantes de ese espacio, como el alcalde de la ciudad de Buenos Aires, Horacio Larreta, dijeron que no votarían al ultraderechista.
Además, la decisión implosionó la alianza opositora. Otros partidos y referentes llamaron a no votar a Milei e incluso algunos convocaron a apoyar a Massa.
El oficialismo, por su parte, hizo una gran elección en primera vuelta. Massa obtuvo más de 3 millones adicionales a los que su fuerza totalizó en las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) de agosto.
Esta buena elección se asentó especialmente en la provincia de Buenos Aires, el principal distrito electoral del país. Analistas coinciden en que para vencer en el balotaje debe seguir creciendo en esa amplia zona popular, de los municipios que rodean a la Capital Federal.
2 – Las encuestas
Durante la última semana previa a la elección no se difunden nuevas encuestas de intención de voto. Las anteriores indican en general un balotaje muy parejo, casi en empate técnico. Los encuestadores no se animan a pronosticar quien se impondrá.
De las seis encuestas que se realizaron en el transcurso de noviembre, tres dan ganador a Massa y tres a Milei, todas detectan un porcentaje de indecisos alto, entre el 5 y el 13 por ciento.
El reagrupamiento de la derecha en torno a Milei tiene sus límites. La alianza con Macri contradice la postura con la que el ultraderechista construyó su imagen y convocó tras de si a la tercera parte del electorado: la lucha “a muerte” contra la “casta” política. Macri (según reiteraba hasta el hartazgo Milei) forma parte de esa casta, pero ahora es su aliado vital.
Así, lo que se suponía era una cruzada contra “la casta” quedó reducida a un embate -otro más- contra el peronismo, el histórico y variopinto movimiento político argentino basado en los electores de las mayorías populares.
Si bien se sabe que una parte del apoyo a Milei proviene de este sector, también es un estrato social difícil de medir para los encuestadores, que suelen ser más precisos cuando recogen las percepciones de los sectores medios.
3 – Javier Milei
Es un personaje que llegó a la escena pública cultivando el perfil de apasionado ultraliberal en los programas de polémicas de la televisión argentina que se multiplicaron en las últimas dos décadas. Es difícil saber donde termina la persona y comienza el personaje de la tele. Si es que ese límite realmente existe.
Milei, de 53 años, decidió saltar a la política porque así se lo pidió Dios, a través de su perro muerto, Conan, con quien se comunica a través de médiums especializados en mascotas fallecidas. Parece chiste pero es anécdota. Un podcast publicado en las últimas semanas documenta el fenómeno.
En espacios más terrenales, el candidato insulta y califica de comunista a todos los que no piensen igual que él. Algunos alineamientos, los mantiene más allá de conveniencias electorales. Por ejemplo, se manifiesta admirador del gobierno de la ultraconservadora Margaret Thatcher en Gran Bretaña, la “Dama de Hierro”. Ella ordenó personalmente torpedear un crucero argentino que navegaba fuera de la zona de guerra durante el conflicto por las Islas Malvinas, en 1982.
Milei aseguró en su momento que el mejor gobierno de la Argentina fue el de Carlos Menem, quien ganó como candidato del peronismo, y luego llevo adelante un brutal achicamiento del Estado.
Asegura que hará desaparecer la moneda nacional, el peso, para reemplazarla por el dólar. Economistas de diferentes escuelas y varios países alertaron que las propuestas de Milei están “plagadas de riesgos que las hacen potencialmente muy dañinas para la economía argentina y el pueblo argentino”.
Ellos opinaron que quienes votaron por Milei en la primera vuelta o piensan hacerlo en balotaje, están influenciados por las promesas que cumplan el “deseo profundamente arraigado de estabilidad económica”.
4 – Sergio Massa
El candidato del oficialismo encarna, en buena medida, lo opuesto a Milei. Sergio Massa es previsible, serio y conocido en la política. Tiene 51 años, comenzó en política en agrupaciones conservadoras, y se acercó al peronismo en la crisis del comienzo de siglo.
El primer cargo que le dio visibilidad fue al frente de la Seguridad Social en tiempos de Néstor Kirchner, presidente que decidió revertir la privatización de las jubilaciones, impulsada por el ídolo de Milei, Carlos Menem.
Después fue jefe de Gabinete, una suerte de ministro coordinador, en el primer gobierno de Cristina Fernández. Más tarde volvió a su terruño, el partido de Tigre, en el Gran Buenos Aires, como intendente (alcalde).
Después, al frente de su propio partido, el Frente Renovador, logró la mejor elección en la provincia de Buenos Aires y fue electo diputado nacional. En ese momento pareció llevarse bien con Mauricio Macri, quien recién electo presidente lo llevó al Foro de Davos, y lo presentó como la oposición potable de su país.
En 2019, decidió resignar sus aspiraciones presidenciales para apoyar al actual presidente, Alberto Fernández. Presentó su candidatura a diputado y fue presidente de la llamada Cámara Baja del Congreso bicameral argentino.
En 2022, fue designado ministro de Economía de Fernández, en un intento de frenar una crisis económica con datos alarmantes, como el 94,8% de inflación anual, la más alta desde la hiperinflación de 1990.
Aunque podría considerarse que en el marco de la crisis actual el cargo de ministro de Economía desgastaría a una figura política, Massa logró usar su actual gestión como un anticipo de lo que vendrá: estabilidad, producción nacional y diálogo entre diferentes sectores económicos.
Si gana este domingo, será un rara avis: un ministro de Economía en ejercicio que llega a la presidencia. Para cumplir este objetivo, deberá sumar votos por izquierda y por derecha a los que, parafraseando a Jorge Luis Borges, no los une el amor sino el espanto.
5 – El fraude
Asesores del círculo íntimo de Milei iniciaron sobre el final de la campaña de estas elecciones 2023, una movida mediática para instalar la posibilidad de un fraude el domingo. Hicieron una denuncia argumentando supuestas maniobras con urnas electorales en la primera vuelta para alterar los votos contra Milei, pero no aportaron pruebas.
De hecho, la justicia electoral devolvió el golpe y responsabilizó al partido de Milei, por no proveer la cantidad de boletas necesarias en cada mesa electoral. En la Argentina, cada mesa tiene aproximadamente 350 electores. Son las mismas autoridades de la mesa las que deben procurar que no falten boletas para que las ciudadanas y ciudadanos ejerzan el voto, pero los fiscales partidarios también pueden reponer faltantes.
Periodistas entendidos en el sistema electoral argentino, advirtieron que los de Milei escatiman la cantidad de boletas en manos de las autoridades de mesa para cantar fraude, si los resultados no los favorecen.
Esta no es una estrategia nueva. La intentó el ahora aliado de Milei, Macri, en 2019; también Donald Trump en Estados Unidos y Jair Bolsonaro en Brasil. En una elección que se prevé reñida, las horas posteriores al comicio, cuando se comiencen a conocer los resultados, pueden ser cruciales para instalar en ciertos sectores de la opinión pública la idea del fraude. Cuanto más cerrado sea el resultado, los riesgos de ese escenario crecen.
6 – La democracia
El 10 de diciembre próximo, la fecha prevista para la toma de posesión del próximo presidente, se cumplirán 40 años de la recuperación democrática en Argentina. Si ese día asume Milei, será un triste momento, un acto contradictorio.
Entre 1976 y 1983 Argentina vivió la más terribles de las noches. Un plan sistemático de eliminación del adversario político estructurado desde las fuerzas del Estado, que diezmaron a una generación de dirigentes políticos, populares y sindicales, con al menos 30 mil desaparecidos. Un genocidio.
En estas cuatro décadas hubo idas y vueltas, muchas. Crisis, y salidas, varias. Hubo hasta intentos de golpes de Estado, y rebeliones populares que amenazaron con terminar con todo lo establecido.
Lo que no había sucedido, hasta ahora, era que un negacionista del genocidio estuviera a las puertas de la Casa Rosada. Milei tiene por compañera de fórmula a Victoria Villarruel, hija de un militar represor, y activa defensora de la teoría de los dos demonios, como se denominó en Argentina al intento de parangonar los crímenes de las organizaciones guerrilleras previos a la dictadura con la represión del Estado, sistemática y sostenida, que llegó, incluso, a la apropiación de centenares de bebés hijos de desaparecidos.
A cuarenta años de democracia, Argentina está ante el abismo de perderla.
Marcos Salgado – Venezuela News
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