Embajadores de Rusia y China ante Estados Unidos expresan su rechazo a la llamada Cumbre por la Democracia, al tiempo que advierten sobre más líneas divisorias por el evento.
Mediante un comunicado conjunto, el embajador de Rusia ante Estados Unidos, Anatoli Antonov, y su homólogo chino, Qin Gang, rechazaron categóricamente la próxima Cumbre por la Democracia.
Esta reunión está convocada por el presidente estadounidense, Joe Biden, de la cual ambos países están excluidos. Se realizará el próximo 9 y 10 de diciembre, bajo una mentalidad estadounidense de guerra fría, lo cual podría dar paso a una confrontación ideológica.
“Esta tendencia contradice el desarrollo del mundo moderno. Es imposible impedir la conformación de una arquitectura policéntrica global, pero podría tensar el proceso objetivo. China y Rusia rechazan firmemente este movimiento”, reza el texto.
En la lista de la Administración Biden se incluyó a Taiwán entre los países soberanos, pero excluye a países como China, Rusia y Singapur.
La democracia, según el documento, es un derecho universal de todos los pueblos y ningún modelo se adapta a todos los países.
«Ningún país tiene derecho a juzgar el vasto y variado panorama político del mundo con un solo criterio», subraya.
Contrapostura a la Cumbre Democrática
En este sentido, el comunicado define a China, como un país que tiene una democracia socialista amplia, la cual refleja la voluntad del pueblo, se adapta a las realidades del país y goza de un fuerte apoyo popular.
Asimismo, describe a Rusia como un Estado democrático federativo de derecho con una forma de gobierno republicana, basando la democracia como sistema político.
En ese orden de ideas, Rusia y China aseguran que ningún país tiene derecho a hacer que otros países copien el sistema político propio mediante una revolución de color, un cambio de régimen.
A través del documento se asegura que el uso de la fuerza va en contra del derecho internacional, y es obviamente antidemocrático. De este modo, instan a los países y la comunidad internacional, a dejar de utilizar la “diplomacia de los valores” para provocar divisiones y enfrentamientos.
Ambas naciones piden practicar el respeto mutuo y la cooperación beneficiosa para todos en las relaciones internacionales.
Finalmente, exhortan a trabajar por una coexistencia armoniosa entre países con sistemas sociales, ideologías, historias, culturas y niveles de desarrollo diferentes.