China expresó su fuerte rechazo a la propuesta del gobierno estadounidense de prohibir la importación de vehículos inteligentes que utilicen software y hardware chinos. Beijing considera esta medida como un claro acto de proteccionismo que viola los principios de la economía de mercado y la competencia leal.
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El Ministerio de Comercio del gigante asiático emitió un comunicado oficial en el que insta a Estados Unidos a detener estas prácticas comerciales injustas y a levantar las restricciones impuestas a las empresas chinas. Asimismo, advirtió que tomará todas las medidas necesarias para proteger los derechos e intereses legítimos de sus compañías.
¿Por qué la preocupación de China?
La decisión de Estados Unidos se basa en preocupaciones sobre la “seguridad nacional”, alegando que las empresas chinas podrían utilizar la tecnología de los vehículos para recopilar datos sensibles de los conductores o incluso para tomar el control remoto de los automóviles. Sin embargo, el país asiático ha rechazado estas acusaciones y las ha calificado como infundadas.
Esta nueva disputa comercial entre China y Estados Unidos podría tener un impacto significativo en la industria automotriz global. La prohibición estadounidense podría limitar el acceso de las empresas asiáticas al mercado norteamericano, uno de los más grandes del mundo. Además, podría desencadenar una nueva ronda de aranceles y restricciones comerciales entre ambas potencias económicas.
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