La ciudadanía de Chile rechazó, por segunda vez, una propuesta que buscaba una reforma constitucional a su Carta Magna, impuesta durante la dictadura de Augusto Pinochet.
Este domingo, 17 de diciembre, la opción «en contra» obtuvo más del 55 % de respaldo. Mientras tanto, la opción «a favor», sólo consiguió un 44% de apoyo en el plebiscito.
En los últimos 4 años Chile intentó cambiar su Constitución, como mandato surgido del estallido social de octubre de 2019.
Cronología del fracaso
El primer intento la reforma constitucional en Chile fracasó en septiembre de 2022. En dicho momento, un 62 % votó «rechazo» a una propuesta que estuvo calificada por algunos como «refundacional».
Esta última reforma, era mucho más conservadora que la Constitución actual, heredada del régimen de Augusto Pinochet. El rechazo se traduce como otra derrota para la extrema derecha que comandó esta segunda propuesta. Pero al mismo tiempo, se traduce como una victoria un tanto amarga para el presidente Gabriel Boric, que anunció que durante su mandato se cerrará el proceso constitucional.
¿Por qué Chile rechazó de nuevo una reforma a su Constitución?
Según analistas, una de las razones que explica el rechazo es que los principales contenidos de la propuesta no reunían acuerdo transversal. Afirman que era «profundamente neoliberal» y no respondía a las principales demandas que surgieron con fuerza en 2019, como reformas a los sistemas de salud, educación y pensiones.
La propuesta privilegiaba un sistema mixto en la provisión de estos servicios. En salud, resaltaba que la ley debía establecer un plan de salud universal, el cual podía estar a mano de instituciones estatales y privadas.
Planteaba algo parecido con las pensiones. El Estado debía garantizar el acceso a prestaciones básicas y universales que podían ser otorgadas a través de «instituciones públicas o privadas».
Con respecto a la educación, hacía hincapié en la «libertad de enseñanza» y el derecho preferente de los padres sobre la educación de sus hijos. De acuerdo a críticos, el texto no aseguraba una mayor participación e implicación del Estado en la provisión de estos servicios, sino todo lo contrario: consolidaba el modelo del «Estado subsidiario» que existe actualmente y que, para muchos, es responsable de que en Chile impere una desigualdad estructural.
Con respecto al aborto, se cuestionaron artículos como el que decía «la ley protege la vida de quien está por nacer» o el que establecía la «objeción de conciencia». Para algunos, esto podía poner en peligro derechos de las mujeres como la ley de aborto bajo tres causales que rige en Chile desde 2017, o el acceso a la píldora del día después.
¿Qué sigue en Chile ahora?
Tanto la ciudadanía como la clase política chilena dan por cerrado, por lo menos durante el mandato de Boric, una reforma constitucional. Varios estudios de opinión señalaron que más de un 60% de los chilenos no están de acuerdo con que se inicie un tercer debate.
El oficialismo, por su parte, aseguró que Chile debe enfocarse en intentar solucionar otros problemas que afectan al país, entre ellos, seguridad pública y el narcotráfico.
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