Dos compañías diseñarán un prototipo de cajas verticales para dormir, como una novedosa solución para el agotamiento laboral en Japón.
La empresa Koyoju Gohan trabaja conjuntamente con Itoki Corp., un especialista en muebles con sede en Tokio, con el objetivo de acabar con los problemas de salud que sufren los empleados japoneses. En gran medida estos problemas se desencadenan por las largas jornadas laborales en ese país, informó Bloomberg.
Two Japanese companies are joining hands to make vertical “nap boxes” that'll help bring a healthier office culture to the country
Users will be able to sleep in the pod like a flamingo, standing upright https://t.co/Pl2a0fYt9U
— Bloomberg (@business) July 15, 2022
Según Saeko Kawashima, directora de comunicaciones de Itoki, hay mucha gente que “se encierra en el baño por un tiempo” para descansar.
Kawashima considera que la situación no es saludable, dado que es “mejor dormir en un lugar cómodo”. Mientras que muchas investigaciones apuntan a que el descanso reparador de la siesta aumenta la productividad. En este sentido, este novedoso dispositivo puede impulsar a los empleados a tomar descansos breves.
La cápsula permitiría que el usuario duerma de pie, como un flamenco. El diseño inicial garantizará que la cabeza, las rodillas y la parte trasera estén cómodamente apoyadas para que la persona no se caiga. Sin embargo, el precio y la disponibilidad aún no se han decidido.
“Creo que muchos japoneses tienden a trabajar continuamente sin descansos […] Esperamos que las empresas puedan usar esto como un enfoque más flexible para descansar”, manifestó Kawashima.
El efecto Karoshi
El efecto “Karoshi” o muerte por exceso de trabajo es un termino que se acuñó en la nación nipona desde 2017. Esto, luego que en el 2013 falleciera la periodista Miwa Sado. La reportera sufrió un paro cardiaco, mientras sostenía uno de los tres teléfonos que utilizaba para trabajar.
Tras año de investigación, en 2017 su fallecimiento fue catalogado por el Gobierno como “karoshi”; cuando se determinó que la reportera laboró 159 horas y 37 minutos de horas extras el mes que falleció. Un exceso abrupto de responsabilidades que la empresa no vigiló con cuidado.
En Japón, la jornada oficial de trabajo comprende 40 horas, pero como en la ley no está establecido un límite estricto de horas extras a cumplir. Las empresas han utilizado ese vacío jurídico en beneficio propio. Un tema que el Gobierno ha intentado regular sin mucho esfuerzo.
