Con los bolsillos vacíos retornó el primer ministro británico de su visita en tierras árabes. Boris Johnson no logró acuerdos para que Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos aumenten su producción de petróleo.
Luego de su visita de un día a ambas potencias enérgeticas, lo único que se trajo Johnson fue un memorándum de entendimiento. El mismo tiene como propósito, la creación de un consejo de cooperación estratégica, en el marco de la crisis actual en Ucrania.
En este sentido, Boris Johnson realizó un intento por llenar el vacío que deja el bloqueo que Occidente tiene con el crudo de Rusia.
Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos, son dos de los socios más productores de la OPEP. En un momento donde el precio del barril alcanzó los 140 dólares, se hace estratégico para Europa que el bombeo del petróleo suba la producción.
A este respecto, Boris Johnson evadió la pregunta concreta sobre un acuerdo de aumento de producción de petróleo.
“Creo que hay que hablar con los saudíes sobre eso. Pero creo que hubo un entendimiento sobre la necesidad de garantizar la estabilidad en los mercados mundiales de petróleo y gas y de evitar perjudiciales subidas de precios”; dijo el primer ministro sin dar más detalles.
Doble moral occidental
La visita a la región del golfo Pérsico, no pasó desapercibida en temás como la violación de los derechos humanos por el régimen saudí. El asesinato del periodista Jamal Khashoggi en 2018 y la ejecución en masa de 81 personas, mostró el doble rasero de Londres. Por un lado condena la operación militar especial de Rusia en Ucrania, pero calla sobre asesinatos de personas objetoras de conciencia u opositoras a Riad.
Sin embargo, al ser increpado a este respecto, Johnson dio una respuesta diplomática: “Siempre planteó cuestiones de derechos humanos, como lo hicieron una y otra vez los primeros ministros británicos anteriores. Es mejor que los detalles de esas conversaciones se mantengan en privado, son más eficaces de esa manera”.
