La Ley del Trabajador Cultural será discutida en la Asamblea Nacional en las próximas semanas. La información la dio a conocer la Comisión Mixta de la Asamblea Nacional (AN).
Dicha Comisión debate el Proyecto de Reforma de la Ley de Protección Social al Trabajador y a la Trabajadora Cultural.
La propuesta, que contiene 33 artículos, persigue proteger integralmente a los cultores del país. Además de fortalecer el Fondo Nacional para el Desarrollo y la Protección Social del Trabajador y de la Trabajadora Cultural.
El presidente de la Comisión Permanente de Desarrollo Social Integral, diputado Pedro Infante ofreció la información.
Resaltó que esta reforma de ley forma parte del compendio de leyes solicitadas por el Ejecutivo Nacional el pasado 1° de mayo, refiere la web de la AN.
La Ley del Trabajador Cultural es igual para todos
Por su parte, el presidente de la Comisión Permanente de Cultura, diputado Cristóbal Jiménez, presentó el informe final aseverando que la ley se adapta al espíritu, propósito, razón y dinámica de los nuevos tiempos de lucha del Estado revolucionario. “Esta ley amplía el objeto de la norma vigente, destinando medios necesarios para el desarrollo integral de las trabajadoras y trabajadores culturales”, comentó.
Explicó asimismo que esta reforma contempla la inclusión de las personas naturales y jurídicas en la industria cultural, así como los derechos públicos y privados a quienes se dediquen directa o indirectamente a realizar cualquier actividad relacionada a la promoción, organización y producción de bienes culturales en todo el territorio nacional.
Jiménez detalló que esta normativa amplía las definiciones e incorpora a artistas, escritores y artesanos. Asimismo, extiende los derechos de las trabajadoras y trabajadores culturales y los deberes del Estado para atender al sector.
Añadió que la ley insta al Poder Municipal y a los consejos comunales a diseñar y ejecutar los programas culturales, y resaltar los valores autóctonos, históricos, locales, regionales y nacionales. Resaltó que contempla el justo pago de las contraprestaciones a la creación cultural, con una remuneración equitativa.
