InicioDestacadoActualidad de las polémicas sobre el incremento del salario en Venezuela |...

Actualidad de las polémicas sobre el incremento del salario en Venezuela | Por: Venezuela News e Invesur

- Publicidad -spot_img
Compartir

El salario en Venezuela ha experimentado un deterioro significativo, debido al incremento de las Medidas Coercitivas Unilaterales (MCU), que se acentuaron con el ascenso a la presidencia de Nicolás Maduro. Las causas del deterioro del salario son diversas y su intensidad depende de la posibilidad de superar, o no, el bloqueo económico.

Existen dos categorías para clasificar el salario en función del proceso de medición:

  1. El salario nominal: Se refiere al monto en moneda local, en relación con los montos anteriores.
  2. El salario real: Se establece en base a los productos, bienes y servicio que pueden ser adquiridos con el salario en un momento especifico, es decir, lo que puede ser comparado con esa misma capacidad en otro momento.

El salario nominal en Venezuela ha mostrado aumentos significativos en los últimos años, pero como producto del proceso inflacionario, esto no ha significado una mejora en la capacidad adquisitiva; todo impulso aplicado al salario nominal ha sido contrarrestado con un aumento exacerbado de la inflación. El salario real, al contrario del nominal, ha experimentado sólo deterioro, con el correspondiente incremento de las dificultades económicas para los y las trabajadoras, cuyos ingresos dependen del salario que perciben.

Es así como en el país, existe un reconocimiento tácito por parte del Estado y muchos privados (por diferentes razones) sobre las dificultades que connota el sueldo real de los trabajadores, ante el prolongado proceso inflacionario que deteriora la economía. Las disposiciones contempladas en la Ley Orgánica del Trabajo no son suficientes para resistir la crisis en muchos hogares venezolanos, implementándose diversas modalidades de pago que se suman a los tradicionales sueldos, utilidades y vacaciones, elevándolos a otro nivel de beneficios adicionales, como bonos (de viaje, alimentación, extraurbano, entre otros), primas, horas extras, turnos nocturnos, tickets de alimentación, vivienda, equipamiento de hogar, sistema patria, etc. Vale decir que la acción de protección que el Estado ha ejercido con el establecimiento de un salario mínimo se ha diluido como sal en el agua.

La diferencia de valor entre el sueldo real y nominal, y la crisis económica, tiene diversas causas:

  1. La dependencia del aparato productivo venezolano, de la importación de insumos y activos reales del exterior -principalmente de EEUU- y de un mecanismo perverso que se inició con la colonización, que obliga a países menos desarrollados a comercializar con la potencia dominante en cada etapa histórica. Actualmente, y en casi todos los casos en Venezuela, el intercambio se realiza a través de empresas instaladas en la ciudad de Miami – EEUU.
  2. Las Medidas Coercitivas Unilaterales (MCU) que provocaron desabastecimiento, al impedir la importación de bienes fundamentales como alimentos, insumos y otros, el pago de deudas del Estado a otros países y empresas, el pago/venta de bonos y otras transacciones, como créditos y la «falta de pago» obligada, se usa como excusa para que las empresas calificadoras aumenten la calificación de riesgo de Venezuela, impidiendo la inversión extranjera y todo tipo de negociación. Igualmente, las MCU impiden las contribuciones o aportes a organismos internacionales, anulando la participación del Estado en foros como la ONU y la Organización Internacional del Trabajo, entre otros.
  3. Por su parte, algunos organismos internacionales contribuyen a las MCU, haciendo leña del árbol caído. Meses atrás la Organización Internacional del Trabajo emitió un informe que, con base en brevísimas evaluaciones parcializadas y superficiales de la situación nacional, desplegó una serie de «recomendaciones» a ser aplicadas por Venezuela, y cuyo incumplimiento la llevaría a listarse en su «Libro Negro». Estas recomendaciones, han sido históricamente indicaciones de «negociación» entre el Estado, los empresarios y las organizaciones sindicales. Quienes viven en este país saben, a ciencia cierta, que la triada negociadora ha sido más vulnerada por los dos últimos que por el primero.
  4. Se suma a estos mecanismos, el ataque a la moneda a través de una sobrevalorización del dólar, a pesar de su devaluación en el comercio internacional, con respecto al bolívar. Esto ha inducido un incremento de costos de producción y comercialización. De modo que la inflación en Venezuela, no es producto del aumento de la demanda agregada, ni se debe al incremento de la masa monetaria, como han pretendido explicar algunos economistas, sino que se debe a una manipulación cambiaria.
  5. El sector privado comienza, entonces, a ofrecer un salario en bolívares que es el «salario legal» y unos «bonos complementarios» pagados en dólares, que alivian el impacto de la persistente devaluación que sufre el bolívar. Con el salario en bolívares se calculan sus prestaciones y beneficios contractuales en su mínima expresión, manteniendo bajos los pasivos laborales y las obligaciones de las empresas con el Estado. Con la bonificación logran no perder a los trabajadores que de otra manera renunciarían a un trabajo que no les permite ni la sobrevivencia. La bonificación en dólares desaceleró la caída de la demanda que ya estaba acabando con la producción y comercialización de bienes y servicios, al disminuir el mercado interno más allá de la capacidad de recuperación de la economía.

Esta maniobra de las empresas creó una brecha entre los salarios del sector público y privado, que desfavorece a los empleados públicos, lo que no es poco decir, siendo que el Estado es el principal empleador del país.

En respuesta a todo lo anterior -y más allá de la abultada nómina que se manejaba en el sector público- el gobierno decide someter los sueldos y salarios de los servidores públicos a un proceso de nivelación por decreto, con un tabulador único para el pago de las nóminas de todo el sector que, si bien contemplaba ajustes, no eran ni remotamente cercanos a un salario supervivencial.

Estos intentos por compensar las brechas salariales, vinieron acompañados del discurso sobre la importancia del sacrificio por un bien mayor y colectivo, y la esperanza de tiempos mejores a los que permanezcan en el país. Pero el proceso visible para toda la población es la inflación, existiendo diversas opiniones sobre cuál es su causa:

  • Por una parte, los monetaristas insisten en que la inflación es producto del crecimiento de la masa monetaria, así como de la generación de dinero inorgánico, pero las cifras no concuerdan, y los precios crecen antes que se genere un aumento de la masa monetaria; más bien, el aumento de la masa monetaria –que es muy inferior al aumento de la inflación– indica que el incremento de la cantidad de dinero es consecuencia del alza de los precios. Un incremento de la demanda agregada, tampoco es la causa, porque la demanda cayó en un 62%, el consumo de la población bajó en un 52% y el gasto público en alrededor del 88% (según cifras de Pascualina Curcio, marzo 2021.
  • Por otro lado, algunos economistas opinan que la causa de la inflación es el ataque a la moneda, que se verifica en el uso de un tipo de cambio artificial que no tiene correlación con los procesos económicos reales del país, y que se concretan en una o varias páginas de las redes que por mucho tiempo estuvieron guiando el alza de los precios, en base a unas expectativas que se indujeron a través de medios de información que cumplían un rol político (Ej: Dolartoday, Monitordolar, etc.).

El hecho es que existen expectativas positivas sobre el crecimiento de la economía, sobre la recuperación del aparato productivo y el fin de la hiperinflación, pero los salarios no mejoran, en especial en la administración pública, y se enfrentan dos propuestas sobre cómo solucionar el problema:

  • La indexación del salario y de toda la economía, en lo inmediato.
  • Un aumento del salario a nivel equivalente al de la indexación, pero sin indexar, en un mediano plazo.

El debate entre economistas sobre estas dos posturas, se basa en que, unos alegan que la primera (indexación), puede contribuir a la desaceleración de la inflación e incluso, detenerla pronto. Los que apoyan la segunda opción consideran que el ajuste salarial automático que implica la indexación, podría poner en dificultad al Estado para sostener los cambios si no se aumenta la capacidad de producción a la misma velocidad.

Estos economistas recomiendan la segunda opción (equivalencia sin indexar), que, en la medida en que se mejore el aparato productivo en el mediano plazo, daría al Estado más control y capacidad de sostener las variaciones salariales. Sin embargo, los que apoyan la primera propuesta, consideran que esta opción no resuelve los problemas inmediatos de subsistencia de la población y si dicho aparato productivo no se activa a tiempo, puede generar situaciones críticas en lo político y social.

Para determinar cuál es la mejor opción es necesario un proceso de debate abierto sobre el tema, con la participación de todos los factores nacionales que intervienen en la economía y se ven afectados por los elementos anteriormente descritos. Dilucidar esta controversia sería material para un artículo entero, o tal vez un libro, o una enciclopedia, por ser el contexto venezolano único y diferente de lo que proponen los manuales.

La resiliencia de la sociedad venezolana, soporta el embate de las manipulaciones a la economía -consecuencia de las MCUs- y es así como se inició un incipiente proceso de aprendizaje que ha permitido -a algunos sectores empresariales y sociales- entender la necesidad de incrementar la producción interna, en aquellos rubros en los cuales se dispone de recursos e insumos dentro del territorio nacional. Fuentes como el Observatorio de Finanzas (2021), reportan una desaceleración de la contracción de la economía:

salario Venezuela

 

 

La prohibición de comercializar con el país, aplicada a las empresas que abastecían el mercado venezolano, provocó el inicio de un embrionario proceso de independencia económica, al inducir la producción nacional de muchas cosas que antes era más cómodo, y fácil: importar. Paradójicamente, el bloqueo -más allá de su intención de dañar al país y hacerlo ingobernable- ha contribuido a subvertir poco a poco ese orden internacional de dependencia impuesto desde la colonia, y en el mediano plazo contribuirá con el desarrollo económico del país.

Esta respuesta, no es nueva ni exclusiva de Venezuela: países como Irán, la Federación Rusa e incluso China han experimentado diversas formas de entorpecimiento en su comercio exterior, por la política hegemónica de EEUU y sus aliados, de bloquear o sancionar a quien no sigue sus lineamientos. Estos países víctimas, en diferentes grados, de «sanciones» unilaterales, y otros con «sanciones» que fueron apoyadas por organismos internacionales, han alcanzado distintos grados de desarrollo por no rendirse ante las embestidas de la guerra de última generación. Ejemplo de esto son Corea del Norte, Vietnam y los ya mencionados.

En conclusión, el salario es un factor que, si se deteriora, se transforma en un arma imperial contra la aplicación de políticas públicas y, si se enfrenta y supera ese deterioro, puede ser un factor de crecimiento y desarrollo. Por esta razón es importante observar y valorar las diferentes posturas teóricas, y las opiniones expertas que sobre el tema han surgido, para asegurar las medidas más adecuadas y eficientes, que conviertan la crisis en una oportunidad.

Venezuela News Radio 104.9 FM

spot_img
- Publicidad -spot_img
- Publicidad -spot_img
- Publicidad -spot_img
- Publicidad -spot_img
- Publicidad -spot_img
Nacionales
- Publicidad -spot_img
Últimas Noticias
- Publicidad -spot_img

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí