“¡Dina asesina, el pueblo te repudia! ¡La sangre derramada jamás será olvidada!” En diversas plazas de América Latina y también de Europa se realizaron manifestaciones de solidaridad con la «tercera toma de Lima», organizada en Perú por organizaciones populares opositoras al gobierno golpista de Dina Boluarte. Las manifestaciones continúan junto a la represión que, desde el 9 de enero, ha causado más de 80 muertos y cientos de heridos. Luego de los enfrentamientos ocurridos el 23 de julio, los manifestantes convocaron a más protestas para los días 27, 28 y 29 de julio.
En Bruselas, donde se realizó la Cumbre de los Pueblos al mismo tiempo que la cumbre oficial UE-CELAC, asociaciones peruanas en Bélgica y movimientos de solidaridad expresaron su apoyo y el tema estuvo presente en los debates. Entre los participantes, encontramos a Lourdes Huanca Atencio, fundadora y presidenta de la Federación Nacional de Mujeres Campesinas, Artesanas, Indígenas, Nativas y Asalariadas del Perú (FENMUCARINAP), quien nos concedió esta entrevista.
¿Por qué está en Bruselas? ¿Cuál es su mensaje a la Cumbre de los Pueblos?
Desde el golpe de Dina Boluarte del 9 de enero, he tenido que salir del país para evitar que me maten, y ahora viajo por donde puedo para denunciar las masacres de un gobierno cívico-militar que ha asesinado a más de 80 personas, 49 de ellas con armas letales, que está matando a nuestros hermanos y hermanas indígenas y pisoteando los derechos humanos y los de la Madre Tierra. Todos los poderes, legislativo, ejecutivo, judicial, se han unido para destruir nuestra patria. La Federación Nacional de Mujeres Campesinas, Artesanas, Indígenas, Nativas y Asalariadas del Perú apoyó y apoya al presidente legítimo, Pedro Castillo, quien fue encarcelado por no querer entregar el país a las grandes empresas, para estar del lado del pueblo. Caminamos durante horas para ir a votar por él, pero el racismo y la represión contra los pueblos indígenas en Perú son brutales. Hay quienes piensan que solo cuentan las ciudades, pero quienes garantizan la alimentación son los pueblos indígenas, los campesinos y las campesinas. Luchamos por la dignidad y el buen vivir, pero nuestra lucha concierne a todos los pueblos del sur que quieren tener el control de sus riquezas naturales, que Estados Unidos quiere apropiarse.
¿Desde cuánto tiempo existe la organización y qué objetivos persigue?
FENMUCARINAP tiene 17 años de existencia y está integrada por aproximadamente 260.000 mujeres, sus familias y los círculos a los que pertenecen en las comunidades. Fue fundada en 2006 para defender y luchar por los derechos de las mujeres en el Perú. Está arraigado en la cosmovisión ancestral de sus comunidades indígenas y se enfoca en la lucha por el sustento, por mantener la soberanía territorial y alimentaria, por el agua y las semillas. Defiende el derecho de las mujeres a la soberanía sobre su cuerpo, que es frecuentemente vulnerado, y la promoción de la mujer a nivel político, económico, social y cultural, ya que no se reconoce su aporte a la sociedad y su trabajo con una remuneración adecuada. Defiende la soberanía y subsistencia de las mujeres indígenas, es decir, la tierra, el agua, las semillas, sin las cuales las mujeres campesinas solo pueden trasladarse a la ciudad, donde terminan empobreciéndose aún más. Promueve el respeto a la humanidad, incluido el de la diversidad sexual, gays y lesbianas.
¿Qué papel juega su organización en la tercera toma de Lima? ¿Cuál es su programa?
Apoyamos el regreso al gobierno del presidente Castillo, uno de los cinco puntos fundamentales de la plataforma aprobada por las organizaciones populares. Los otros son: la renuncia a Boluarte, la clausura del Congreso, la justicia para nuestros muertos, la libertad de los presos y la convocatoria de una nueva asamblea constituyente plurinacional e igualitaria. Para alcanzar la dignidad y la igualdad, cada pueblo debe decidir cómo quiere que se distribuya la riqueza y cómo se gobierne nuestra patria. Para eso, tenemos que cambiar la constitución impuesta por Fujimori en 1993. Y tenemos que hacerlo ahora, aunque intenten asustarnos y chantajearnos. Pero no tenemos miedo, tenemos la conciencia y la fuerza para derrocar a este gobierno asesino, corrupto y golpista.
El chantaje de la pasada guerra de clases pesa sobre los nuevos movimientos populares. ¿No cree que finalmente esa fase debería cerrarse con una amnistía y que esto debería ser una reivindicación de las protestas?
Sí, creo que sí, pero para lograrlo primero debemos sumar fuerzas entre el campo y la ciudad, articulándolas también a nivel internacional, porque nuestras demandas son comunes a los pueblos indígenas de otros países, y juntos debemos hacer entender a esos gobernantes que responden a Estados Unidos que no pueden hacer lo que quieren. En este momento, somos rehenes de un poder judicial totalmente corrupto. Para defender nuestro territorio y el derecho a una vida digna, debemos erradicar la corrupción y los delincuentes que tienen como rehén a nuestro país.