Alejandro Astesiano se desempeñó como jefe de seguridad del presidente de Uruguay, Luis Calle Pou, hasta el pasado 27 de septiembre cuando se le privó de libertad por orden de la fiscalía de ese país.
La Fiscalía de Uruguay acusó a Astesiano, quien fue detenido en la residencia presidencial, por los presuntos delitos de asociación para delinquir, tráfico de influencias y suposición de estado civil. En este sentido, se ordenó su prisión preventiva por 30 días.
Gabriela Fossati, fiscal a cargo del caso, explicó previamente que a Astesiano se le investiga por la adulteración de partidas de nacimiento rusas para que personas de ese país pudieran simular que sus padres habían nacido en Uruguay. Esto para luego tramitar documentos de identidad uruguayos.
«Hablamos de decenas de personas, cientos», explicó la fiscal, según reseñó la agencia Reuters. Por este mismo caso, también otras tres personas fueron detenidas, dos rusos y un notario público uruguayo, quienes también están en prisión preventiva.
Nuevas revelaciones
A dos meses de las primeras detenciones, nuevos elementos se filtraron en la prensa uruguaya que revelan un entramado de espionaje y chantaje a políticos.
La información sobre el entramado de espionaje se reveló a través de mensajes del teléfono del guardaespaldas de Lacalle, entre otros dispositivos que analiza la fiscal Gabriela Fossati para el caso de los pasaportes.
Más de 1.300 mensajes de Whatsapp, a los que accedió el periódico local La Diaria, han hecho crecer el escándalo que salpica a funcionarios del gobierno de Uruguay y que ha puesto en entredicho la figura del presidente Lacalle.
Tras la detención de su jefe de seguridad Lacalle Pou insistió en que al contratar a su custodio se fijó en que «no tenía antecedentes”. Sin embargo, reconoció que le constaba que tenía varias “anotaciones policiales” anteriores a su designación en el cargo.
Sobre los cargos que se le imputan, agregó que “la Justicia tiene que actuar a fondo”. Pese a que en un principio sostuvo esta postura hoy su imagen está en entredicho, pues se dice en medios uruguayos que desde la presidencia se accedió a brindar el teléfono de Astesiano con la condición de que no se investiguen los chats con el presidente.
Cae su aprobación popular
La aprobación de la imagen del presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou se afectó por las revelaciones sobre su jefe de seguridad. Así lo deja de manifestó un reciente estudio de opinión hecho entre la población de ese país.
La desaprobación se ubica en 52% de la población, tras el episodio de Astesiano, reveló la encuestadora Percepción Ciudadana en su sondeo.