«Había oído que la Reina Isabel II tenía una forma de mieloma, cáncer de médula ósea, lo que explicaría su cansancio y pérdida de peso y esos ‘problemas de movilidad’ de los que a menudo nos hablaron durante el último año de su vida«.
Es una de las revelaciones que presenta la biografía escrita por el expolítico inglés Gyles Brandreth y que lleva por nombre An Intimate Portrait.
Además, reveló que en el último año de su vida, la salud de la monarca británica se agravó y su fragilidad creció. Estos padecimientos la obligaron a no participar en varios compromisos públicos. Sin embargo, el palacio informó que sufría de «problemas de movilidad«.
«La verdad es que Su Majestad siempre supo que el tiempo que le quedaba era limitado. Ella aceptó todo esto con la gracia que era de esperarse«, escribió.
Según el portal web El Perfil, la monarca con más años de servicio en el Reino Unido sufrió episodios de baja energía. A pesar de eso, les dijo a sus asistentes que estaba decidida a mantenerse ocupada después de la muerte del príncipe Felipe.
La Reina Isabel II era «inusual»
Brandreth describió a Isabel II como “un ser humano inusual” y dijo que los pocos momentos que tenía libres, los usaba para ver una serie policíaca llamada “Line of Duty”.
La biografía saldrá a la venta la primera semana de diciembre y lleva el sello de la editorial Penguin Random House, que también es la responsable del próximo libro del Príncipe Harry “Spare”.