El Instituto de Asuntos Globales (Institute for Global Affairs-IGA) del Grupo Eurasia preguntó a 3 mil 360 personas en muestras representativas a nivel nacional de los Estados Unidos, el Reino Unido, Alemania y Francia sobre diferentes asuntos relacionados con sus democracias y la geopolítica. El estudio lo han titulado “El nuevo Atlantismo. Dónde los estadounidenses y los europeos occidentales están de acuerdo y en desacuerdo. Acerca de Democracia, Guerras en Ucrania y Gaza, China y Seguridad Europea”.
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El Institute for Global Affairs (IGA), con sede en Nueva York, realiza investigaciones líderes en su área industria sobre geopolítica y asuntos mundiales.
Son muchos los tema tratados, sin embargo me ha parecido muy elocuente el apartado donde se consulta sobre la guerra de Ucrania.
Cuando se preguntó si los países miembros de la OTAN deberían alentar a Ucrania a negociar, el doble de personas en los cuatro países respondieron: “sí“. Menos de uno de cada cinco respondió que Occidente no debería tratar de influir en la guerra de Ucrania.
La pregunta exacta fue: ¿Deberían los países miembros de la OTAN impulsar una solución negociada para la guerra en Ucrania?
El 94 % de los estadounidenses preguntados respondieron que sí (50% respondieron “sí, la guerra ha matado o herido a cientos de miles de personas y debe terminar“, 17% respondieron “sí, Occidente no tiene la capacidad industrial para protegerse y al mismo tiempo contribuir al esfuerzo bélico de Ucrania“, y un 27 % respondieron que “sí, Occidente debe instar a Ucrania a conformarse con una victoria imperfecta”).
En el caso de los ciudadanos europeos de Alemania, Francia y Reino Unido, el porcentaje total de consultados que piensan que los miembros de la OTAN deben impulsar una solución negociada para la guerra de Ucrania fue el 88 %, con unos porcentajes de los tres grupos anteriormente citados de 51, 20 y 17 %.
Los firmantes del estudio señalan que “los datos revelan que la gente está preocupada por los riesgos de escalada y muestra compasión con la difícil situación de los ucranianos, pero discrepan de sus líderes políticos en la postura belicista de continuar armando a Ucrania y escalando el conflicto con el supuesto objetivo de llevar a Rusia a las fronteras previas a la guerra“.
Es decir, mientras los ciudadanos optan por un acuerdo político que ponga fin a la guerra, sus líderes, desde Macron a Biden, no están intentando una salida dialogada. Al contrario, no cesan de destinar presupuesto para dotar de armamento al ejército ucraniano, entrenar tropas ucranianas, enviar asesores militares e incluso, como recientemente, anunciaron Estados Unidos, Francia y Alemania, proporcionar armamento para ser utilizado en suelo ruso.
Se da la circunstancia de que ni siquiera estos días, en campaña electoral para las elecciones al Parlamento Europeo, los candidatos mayoritarios han planteado la necesidad de una salida negociada que permita llegar a una paz en Ucrania y evitar una escalada que implique todavía más al OTAN y amenace con una guerra nuclear.
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